
MIOPÍA ESPIRITUAL
El miope no ve nada bien, pero ve las cosas que están lejos. Aunque puede ver las cosas cercanas en detalle, siempre tiene problemas de verlas en contexto. Al leer, puede ver bien la palabra, pero no muy bien la página. El miope tiene dificultades al manejar un coche: distingue bien y en mucho detalle el tablero de instrumentos, pero no puede distinguir todo lo que está lejos, la carretera, las señales y los otros coches. Al miope le dan licencia de manejar solamente si tiene puestos sus lentes.
Uno de los trucos de Satanás es el de infligirnos a todos con una miopía espiritual, haciendo que fijemos la atención en algunos detalles cercanos, distrayendo nuestra atención de lo que está detrás, pues todo el trasfondo queda fuera de la buena percepción. La «finta» funciona de la misma manera. Nos causa una miopía momentánea y temporal para que veamos algunos detalles que nos trae la atención a fin de que no veamos el trasfondo, el verdadero contexto.
Satanás nos da problemas, casi siempre en la esfera de las fuertes emociones que tanto nos desvía la atención que no pensamos en el trasfondo, en lo que queda detrás. Son problemas como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de hijos en las seudo familias espuriamente formadas. Son cosas que, por cierto, no podemos tolerar y tenemos que oponernos. Dirigimos nuestras acciones y argumentos con estas, y otras, perversiones. Y correctamente lo hacemos. No quiero ni sugerir, que no lo hagamos; tenemos que hacerlo y con vehemencia.
Pero no debemos tratar con estos asuntos como si fueran la totalidad del problema. Si ponemos toda nuestra atención en estos problemas y solamente en ellos, Satanás nos tiene distraídos. Hay un problema detrás y, en un sentido, más serio. Estos problemas existen porque vivimos en una cultura que ejerce valores que permiten el surgimiento de estas costumbres problemáticas. Nuestra cultura (nuestra sociedad) está tan distorsionada, tan retorcida, desfigurada y deformada, tan carente de valores legítimos, y tan repleta de valores espurios y fraudulentos que también tenemos que curarnos de la miopía de ver solamente estos problemas y no percibir el contexto en que surgen. Tenemos que dirigir nuestra atención también a la cultura en que vivimos y dirigir nuestra comunicación a ella.
Esto quiere decir que tenemos que evangelizar, es decir, comunicar la verdad, enseñar los valores del Reino de Cristo e insistir en que todo el pensamiento sea transformado por la verdad. Siempre pensando en las palabras de Jesús: TU PALABRA ES VERDAD. Nuestra tarea es más grande que simplemente responder a los problemas que nos echa Satanás. Tenemos que oponernos con la verdad al padre de la mentira.
IGLESIA NACIONAL PRESBITERIANA BERITH, Publicado originalmente en BOLETIN BUEN ÓLEO el 14 de Marzo de 2010.