Porque han visto mis ojos tu salvación – Lucas 2:30
Meditación bíblica sobre Lucas 2:30 por el Pbro. Pedro Arcos Sánchez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Nuestra meditación de hoy es el Libro de Lucas capítulo 2 verso 30. El Libro de Lucas fue escrito por el apóstol Lucas, un médico y cercano de Pablo alrededor del año 60 después de Cristo.
Y el capítulo 2 se refiere a la presentación de Jesús en el templo, cuando María y José lo llevaron a Jerusalén para cumplir con la ley judía. Simeón, un hombre justo y piadoso, había estado esperando la llegada del Mesías. El Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin ver al Cristo, el Salvador de Israel.
Cuando María y José trajeron a Jesús al templo, Simeón lo tomó en sus brazos y pronunció un cántico de alabanza conocido como el Nun Dimitris, Lucas 2, 29 al 32. Pero el verso 30 dice, Porque han visto mis ojos tu salvación. Simeón estaba diciendo que había visto con sus propios ojos al Salvador que Dios había prometido.
La palabra salvación en griego es soterion, que se refiere a la liberación o rescate de la humanidad del pecado y la muerte. Simeón había estado esperando la llegada del Mesías durante mucho tiempo. Ahora que lo había visto, estaba listo para partir en paz.
Estaba diciendo, Señor, ahora puedo morir en paz, porque han visto al que va a salvar a mi pueblo. Simeón estaba diciendo que la salvación de Dios no era sólo para los judíos, sino para todas las naciones. El verso 32 dice, Luz para alumbrar a las naciones y para la gloria del pueblo de Israel.
La salvación de Dios es universal y se ofrece a todos los que creen en Jesús. La meditación de este verso 30 nos recuerda que Jesús es la salvación de Dios para la humanidad. Simeón vio a Jesús como el cumplimiento de la promesa de Dios y nosotros también podemos ver a Jesús como nuestro Salvador.
Me gustaría preguntarles pues a ustedes en esta mañana,
¿Hemos visto a Jesús como nuestro Salvador?
¿Hemos experimentado la salvación que Él ofrece?
Si no, podemos pedirle a Dios que nos abra los ojos para ver a Jesús como nuestro Salvador y recibir la salvación que Él ofrece.
