UNA ESPERANZA VIVA Y ETERNA – Isaías 9:6-7

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Meditación bíblica sobre Isaías 9:6-7 por Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Dice la escritura en Isaías 9:6-7

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

Esta profecía fue dada en un tiempo en que el pueblo de Israel llevaba una vida de pecado, como homicidios, robos, sobornos, explotación a los desvalidos, y también la adoración de ídolos paganos (Isaías 1:21-29). Era un pueblo rebelde. Sin duda, Dios traería juicio sobre su pueblo, pero había un mensaje de esperanza para el remanente fiel: El Mesías prometido nacería y traería paz. Cuando el profeta dice “un niño nos es nacido”, está declarando la humanidad de Jesús.

Y cuando dice “hijo nos es dado”, declara la deidad del Señor Jesús. Asimismo, el profeta se adelanta a la era en la que el Señor Jesús reinará con justicia y con poder desde el trono de David, tal y como Dios lo había prometido a David, que su dinastía y su trono serían afirmados por siempre. Esto se cumplió en Jesucristo.

Lucas 1:32-33 dice: “este será grande y será llamado hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Cuando él venga nuevamente, Jesús reinará un día desde Jerusalén. En cuanto a su nombre admirable, su reinado será extraordinario, digno de admiración, y como consejero, Jesús tiene la sabiduría para gobernar con justicia, y como el Dios fuerte, tiene todo el poder para ejecutar sus sabios planes, y cuando dice, Padre eterno, no sugiere que Jesús sea el padre, pues cada persona de la Trinidad es distinta.

Una traducción más exacta para padre sería el que da origen. Por ejemplo, Satanás es el origen de la mentira, es el padre de la mentira. Ahora, volviendo a Jesús, cuando buscamos algo que sea eterno, solo lo encontraremos en el Señor Jesús.

Él es el padre de la eternidad. Dios envió a su hijo para que él pagara el costo de hacer realidad su plan, y con ello asegurar para el creyente una esperanza viva y eterna. Hasta aquí la meditación del día de hoy.

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