El peor enemigo
Meditación por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Texto bíblico: Josué 7:1-26
Transripción:
CDMX, viernes 17de julio de 2020
Las ciudades de Jericó y Hai están localizadas al centro de la tierra de Canaán. Estratégicamente, el tomar y destruir las dos ciudades centrales le darían una firme cabeza de playa en la tierra prometida dividiéndola en dos, por lo que era muy importante conquistarlas, Josué envió espías desde Jericó, a reconocer la tierra y la ciudad de Hai.
En el versículo 1 dice:
1. Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.
Prevaricar en sentido bíblico es; no hacer caso de los mandamientos de Dios, defraudando la confianza depositada e incumpliendo sus deberes como parte del pueblo de Israel, apartándose claramente de lo que la ley dispone, buscando un beneficio propio.
Los Israelitas no debían tomar nada del anatema, esas cosas estaban asociadas con adoración demoniaca y degradante que era práctica común de los pueblos cananeos, como una ofrenda votiva a un templo. La palabra anáthema corresponde en hebreo a jêrem, “una cosa maldita». Este vocablo hebreo proviene del verbo hebreo jâram, que indica «dedicarlo a la destrucción», está prohibido, es algo que se aparta de la sociedad para evitar la contaminación espiritual.
En los versículos 2 y 3 dice:
2. Después Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que estaba junto a Bet-avén hacia el oriente de Bet-el; y les habló diciendo: “Subid y reconoced la tierra.” Y ellos subieron y reconocieron a Hai.
3. Y volviendo a Josué, le dijeron: “No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos.”
Los espías reconocieron la tierra, vieron la ciudad y recomendaron a Josué, ¿Para qué vamos todos? con pocos que vayamos será suficiente. Si recordamos Dios va guiando al Pueblo de Israel en todo momento, había dado instrucciones a Josué, para cruzar el rio Jordán y en la toma de la ciudad amurallada de Jericó. Pero ahora, ellos no consultan a Dios, y deciden ir a conquistar la ciudad de Hai.
En los versículos 4 al 6 dice:
4. Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai.
5. Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.
6. Entonces Josué rompió sus vestidos, y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca de Jehová hasta caer la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.
Los Israelitas subieron a tomar la ciudad de Hai, confiando en sus propias fuerzas, no esperaron para saber la voluntad de Dios. La derrota en Hai demostró que sin la ayuda de Dios estaban perdidos, no importaba la fuerza del oponente, o el tamaño del ejército. Si Dios no peleaba por ellos, serian derrotados. El pueblo de Israel se desanimó y sentía miedo.
Hermanos debemos recordar las palabras del Apóstol Pablo en colosenses 3:17
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Hermanos pidamos la Dirección Dios por medio de nuestro señor Jesucristo en que todo lo que hagamos y que la Gloria sea para Él.
En los versículos 10 al 12
10. Y Jehová dijo a Josué: “Levántate; ¿por qué te postras así sobre tu rostro?
11. Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.”
12. “Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
La comunión de Dios con su pueblo se rompió, por causa del pecado, que contamino a todo el pueblo de Israel. Por tanto, Dios no estaría con ellos hasta que se quitara el anatema.
En el versículo 14 dice:
14. Os acercaréis, pues, mañana por vuestras tribus; y la tribu que Jehová tomare, se acercará por sus familias; y la familia que Jehová tomare, se acercará por sus casas; y la casa que Jehová tomare, se acercará por los varones
Josué no conocía la identidad de los pecadores, pero Dios si la conocía. Hermanos debemos vivir nuestras vidas de tal manera que puede ser vista por quien sea, donde sea.
En el versículo 18 dice:
18. Hizo acercar su casa por los varones, y fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá.
Hermanos, mejor es caminar en obediencia a Dios que hacer caso de tentaciones, el ser llamado a cuentas enfrente de todo el pueblo, para Acán debió ser terrible.
En los versículos 19 al 21 dice:
19. «Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.
20. Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho.
21. Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.»
¿Qué le sucedió a Acán?, hermanos el pecado de la naturaleza humana, fue su peor enemigo: Vio, codicio y tomo. En cuantos pasajes de la biblia encontramos a este enemigo, ver codiciar y tomar. Hermanos, nosotros ¿alguna vez hemos estado en el lugar de Acán?
En los versículos 24 y 25:
24. Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor.
25. Y le dijo Josué: “¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día.” Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos.
El pecado de Acán tuvo serias consecuencias para él y su familia. La naturaleza humana es el peor enemigo que mora en cada uno de nosotros, tengamos mucho cuidado hermanos.
El apóstol pablo nos llama a combatir a ese enemigo y los deseos de la Carne, en Gálatas 5: 22 al 25 dice:
22. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23. mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
24. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
Hermanos, vivamos y andemos por el Espíritu, confiando en que Dios por medio de la gracia que es en Cristo Jesús está con nosotros y él es único que puede ayudarnos a derrotar a nuestro peor enemigo.