Cada día te bendeciré

Transcripción:

Este salmo está titulado en nuestras biblias com «Salmo de alabanza; de David».
Antes de entrar en la reflexion del día de hoy, sería útil que notemos 2 cosas:

  1. Los cinco salmos anteriores (140 al 144) son oraciones de David. y los siguientes (a partir del salmo 145, que veremos hoy) son salmos de alabanza.

Es decir, a 5 salmos de oración, siguen 6 salmos de alabanza y de hecho el salmo 150 nos da el corolario de la alabanza con sus palabras finales: «Todo lo que respira alabe a Jehová. Aleluya.»

Los que oran mucho no necesitarán estar buscando motivos de alabanza, y los que perseveran en oración tienen necesariamente muchos motivos de alabanza.

Nuestras acciones de gracias por la misericordia, cuando la hemos recibido, incluso exceden las súplicas que hacíamos cuando pedíamos esa misericordia.

  1. Como lo hemos dicho: el libro de los Salmos concluye con salmos de alabanza, es lo que resume todo el libro; en eso se centran todos los salmos.

Los salmos. En hebreo תְּהִילִים, (Tehilim)=Alabanzas. En griego ψάλμοι (psalmoi), son un conjunto de cinco libros de poesía religiosa hebrea que forma parte del Tanaj judío y del Antiguo Testamento. Está uno de los libros llamados Libros Sapienciales.

Este salmo es uno de esos salmos que se componen alfabéticamente (como Sal. 25 y 34, etc.), (es decir: cada verso inicia con una letra del alefato o alfabeto hebreo) esto se hizo para que fuera más fácil de memorizar y recordar. (sugiero -por supuesto- memorizarlo)

Entremos ahora en materia:

En esta primera parte del salmo se alaban los gloriosos atributos de Dios, como, en la última parte del salmo, su reino y la administración del mismo.

Notemos lo siguiente,

El salmista alabará mucho a Dios, sin importar que digan o hagan los demás.

Aquí se entusiasma, se compromete y tiene el corazón ensanchado por este deseo de alabar a Dios.

Lo que hace, teniendo cada vez más satisfacción en ello. Era su deber, su deleite.

Veamos cómo lo expresa:

"Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. (v. 1)


Es como si dijera: hablaré bien de ti, como te has dado a conocer, y expresaré mis propios pensamientos acerca de ti y me esforzaré por suscitar algo similar en los demás.

Nuevamente (v. 2): «Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre»;
la repetición da a entender el fervor de alabanza a Dios, la firmeza de su propósito y la frecuencia de su alabanza a Dios.

y nuevamente (v. 5): «En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y en tus hechos maravillosos meditaré,» y (v. 6) «Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré tu grandeza.»

Demos gloria a Dios, no sólo en nuestras meditacion personal y nuestro pensamiento, sino en nuestra conversación común.

Si nuestro corazón está lleno de Dios, de la abundancia de ello hablará nuestra boca, para su alabanza, en todo momento.

Podemos hablar de los «hechos estupendos de Dios«, cuando los conocemos y los tenemos presentes en nuestra mente. Lo hechos maravillosos de Dios los conocemos cuando constantemente leemos la Escritura y se quedan en nuestra mente y corazón cuando meditamos en ellos.

El salmista declara que será constante en hacerlo. Dice: «Cada día te bendeciré

Alabar a Dios debe ser nuestro trabajo diario. Ningún día debe pasar sin alabar a Dios, aunque sea un día ajetreado, aunque sea un día triste.

Debemos considerarlo como el más necesario de nuestros trabajos diarios y el más agradable y delicioso.

Dios nos bendice todos los días, nos está haciendo bien; Por tanto, hay razón para que todos los días estemos bendiciéndolo, hablando bien de Él.

Los salmos han sido escritos para que puedan ser utilizados por nosotros para alabar a Dios hasta el fin de los tiempos.

El salmista esperaba estar alabando a Dios por toda la eternidad – en el mundo venidero.
Aquellos que hacen de la alabanza su trabajo constante en la tierra, tendrán su dicha eterna en el cielo.

Y el salmista sabe, sin lugar a duda, que otros también harán lo mismo.

Porque dice:

"Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, (v. 6); y … "Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia." (v. 7),

En el verso 4 dice:

"Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos."

Es decir, aun cuando yo ya no esté aquí, los que vienen detrás de mi seguirán celebrando y recordando tus obras.
Una generación alabará tus obras y lo pasará a la otra.
La generación que se va le contará a la nueva generación, contará lo que han visto en sus días y lo que han oído de sus padres; ellos declararán completa y particularmente tus poderosos hechos.
Como dice en le salmo 78:3,4.. hablando de la obras de Dios:

"Las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su potencia, y las maravillas que hizo."

Entonce, la generación que se levanta seguirá el ejemplo de la que se va: para que la muerte de los adoradores de Dios no disminuya su adoración. Cada nueva generación le adorará, hasta el fin de los tiempos.

¿De qué debemos darle a Dios la gloria?
De su grandeza y sus grandes obras

Debemos declarar: Grande es el Señor, su presencia infinita, su poder irresistible, su brillo insoportable, su majestad tremenda, su dominio ilimitado y su soberanía irrefutable; y, por tanto, indiscutiblemente, grande es el Señor, y, como es grande, entonces es grandemente digno de ser alabado, con todo lo que está dentro de nosotros, hasta el máximo de nuestro poder, y con todas las circunstancias de solemnidad que podamos imaginar.

La grandeza de Dios ciertamente no se puede comprender, porque es inescrutable; ¿Quién puede concebir o expresar cuán grande es Dios?
Rom. 11:33, dice:
«!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! !Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!»

La segunda razón por la que debemos dar a Dios la gloria:

De su bondad

Dice en Éxodo 34:6,7

"Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: !Jehová! !Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado;"

El salmo 145 lo dice así: (vv 8, 9)

"Clemente y misericordioso es Jehová,
Lento para la ira, y grande en misericordia.
Bueno es Jehová para con todos,
Y sus misericordias sobre todas sus obras."

y es en lo que debemos darle la gloria:

"Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,
Y cantarán tu justicia" v. 7.

La bondad de Dios es gran bondad, porque él siempre será tan rico en misericordia como siempre lo ha sido y eso siempre será así. Y siempre debemos recordar su bondad, bajo cualquier circunstancia.

Rom. 11:22, dice:

"Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado."

Hay una fuente de bondad en la naturaleza de Dios (v. 8):

El Señor es misericordioso con los que le sirven; es compasivo con los que lo necesitan, lento para la ira con los que lo han ofendido, y de gran misericordia con todos los que lo buscan.

Está dispuesto a dar y dispuesto a perdonar, más dispuesto de lo que estamos nosotros a pedir o a arrepentirnos.

Todas sus obras, todas sus criaturas, reciben los frutos de su misericordioso cuidado y generosidad.

Las obras de la misericordia de Dios superan a todas sus otras obras, y lo declaran más que cualquiera de ellas.

Dios les bendiga y que sigan disfrutando de este hermoso día.

Saulo Murguia A.

Comparte con tus amigos