Recibiréis poder

Meditación sobre Hechos 1:8 por el A.I. José Antonio Velázquez

1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. 6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 

Mateo 28:16-20

16 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
(Lc. 24.50-53) 19 Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 20 Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.

Esta es una de las promesas más maravillosas pues encierra varios aspectos que como hijos de Dios debemos de entender, aceptar y actuar en consecuencia de manera responsable, pues esta promesa también encierra un deber, un privilegio que solo como escogidos podemos realizar
Esta es la última promesa que los discípulos reciben directamente de su Señor, del Señor Jesús; han vivido toda serie de emociones y sentimientos en relativamente poco tiempo, vieron a su Maestro morir en una cruz, un gran dolor, al tercer día lo ven resucitado, ¡ahora es su Salvador! y hay confusión, alegría, asombro, incomprensión, pero finalmente, cuando logran asimilar todos los hechos sus corazones rebosan de gozo.
El Cristo pasa tiempo con ellos, ahora comprenden muchas cosas y para ellos la promesa tan anhelada como judíos es cumplida delante de sus ojos de manera majestuosa
Un día los discípulos reciben una orden de ir a Galilea, a un monte bien conocido por ellos, ahí estaba su Señor para darles una gran promesa y una enorme tarea
En el evangelio de Mateo podemos ver que Jesús les dice que Él ha recibido un gran poder y que con ese poder les manda, les ordena que vayan a todo el mundo a llevar las grandes noticias de las que ellos han sido testigos y que pueden ir confiados pues no irán solos, dice “Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo”
Ya Lucas en el libro de Hechos deja ver con claridad que el poder del que Jesús habló es el que recibimos al ser llenos del Espíritu Santo, el Gran Consolador. Jesús en ese momento esta ascendiendo al cielo en presencia de todos sus seguidores, ¿Cómo puede decir que estará con ellos hasta el fin del mundo? Pues porque cuando Él asciende el Espíritu Santo, 3° persona de la trinidad, viene y habita en nosotros hasta el fin del mundo y nos llena de poder
Pero no un poder egoísta que como seres humanos contaminados por el pecado desearíamos tener para poder resolver nuestras propias situaciones e intereses, sino
que ese poder tiene un propósito muy específico: el de ir por todo el mundo ha llevar el mejor mensaje que jamás nadie pudo dar, la salvación del alma y de todo nuestro ser, en Hechos vemos que es: “en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Es decir, a los que están muy cerca de nosotros, a los que viven en nuestra ciudad, a los que están en nuestro país y aun a los que están más lejos de nosotros, a todo el mundo
Pareciera una tarea titánica pero su promesa es que tenemos poder para hacerlo porque el Espíritu Santo esta con nosotros, y siendo Él mismo Dios no tiene límites y va con nosotros En el evangelio de Lucas nos dice: “Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.” ¿Somos como los discípulos de ese entonces? ¿Dispuestos a cumplir de inmediato con esa tarea sabiendo que hemos recibido un enorme poder y que no estamos solos porque el Espíritu Santo habita en nosotros? ¿Creemos esta promesa cumplida que hemos recibido?

Otras partes de la serie Promesas Cumplidas
Comparte con tus amigos