Jacob obedece a Dios

Meditación por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith

Jacob oía las palabras de los hijos de Labán, que decían: «Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza.» Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes. Entonces Jehová dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres, a tu parentela, y yo estaré contigo.»
Envió, pues, Jacob a llamar a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas, y les dijo:
—Veo que vuestro padre ya no me mira como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo. Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre; pero vuestro padre me ha engañado y me ha cambiado el salario diez veces, si bien Dios no le ha permitido que me hiciera daño. Si él decía: “Los pintados serán tu salario”, entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía: “Los listados serán tu salario”, entonces todas las ovejas parían listados. Así quitó Dios el ganado de vuestro padre y me lo dio a mí.
10 »Sucedió, cuando las ovejas estaban en celo, que alcé yo mis ojos y vi en sueños que los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados. 11 Y me dijo el ángel de Dios en sueños: “Jacob”. Y yo respondí: “Aquí estoy.” 12 Entonces él dijo: “Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados, pues yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. 13 Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra; vuélvete a la tierra donde naciste.”
14 Respondieron Raquel y Lea, y le dijeron:
—¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre? 15 ¿No nos tiene ya por extrañas, pues que nos vendió y hasta se ha comido del todo lo que recibió por nosotras? 16 Toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; ahora, pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.
17 Se levantó, pues, Jacob y montó a sus hijos y a sus mujeres sobre los camellos; 18 y puso en camino todo su ganado y todo cuanto había adquirido (el ganado de la ganancia que había obtenido en Padan-aram), para volverse a Isaac, su padre, en la tierra de Canaán. 19 Como Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel hurtó los ídolos de su padre; 20 y Jacob engañó a Labán, el arameo, no diciéndole que se iba. 21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; se levantó, pasó el Éufrates y se dirigió a los montes de Galaad. 22 Al tercer día le dijeron a Labán que Jacob había huido. 23 Entonces Labán tomó consigo a sus parientes, y fue tras Jacob. Siete días después lo alcanzó en los montes de Galaad. 24 Pero aquella noche vino Dios en sueños a Labán, el arameo, y le dijo: «Cuídate de no hablarle a Jacob descomedidamente.»
25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob, que había fijado su tienda en el monte; y acampó Labán con sus parientes en los montes de Galaad. 26 Entonces dijo Labán a Jacob:
—¿Qué has hecho? ¿Por qué me has engañado y te has llevado a mis hijas como prisioneras de guerra? 27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa? 28 Pues ni aun me dejaste besar a mis hijos y a mis hijas. Esta vez has obrado locamente. 29 Poder hay en mi mano para haceros daño; pero el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: “Cuídate de no hablarle a Jacob descomedidamente.” 30 Y ya que te ibas, pues añorabas la casa de tu padre, ¿por qué hurtaste mis dioses?
31 Respondió Jacob a Labán:
—Porque tuve miedo, pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas. 32 Aquel en cuyo poder halles tus dioses, ¡que no viva! Reconoce delante de nuestros hermanos lo que yo tenga tuyo, y llévatelo.
Ciertamente Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.
33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, y no los halló. Salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel. 34 Pero Raquel tomó los ídolos y los puso en la montura de un camello, y se sentó sobre ellos. Labán rebuscó por toda la tienda y no los encontró. 35 Entonces ella dijo a su padre:
—No se enoje mi señor, si no me puedo levantar delante de ti, pues estoy con el período de las mujeres.
Como Labán siguió rebuscando sin hallar los ídolos, 36 Jacob se enojó y riñó con Labán, diciéndole:
—¿Qué falta cometí? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución? 37 Al registrar todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros. 38 Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas. 39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado, así de día como de noche, a mí me lo cobrabas. 40 De día me consumía el calor y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. 41 Así he estado veinte años en tu casa: catorce años te serví por tus dos hijas y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. 42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y Terror de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios ha visto mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche te reprendió.
43 Respondió Labán y dijo a Jacob:
—Las hijas son hijas mías; los hijos, hijos míos son; las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿qué les puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a los hijos que ellas han dado a luz? 

Jacob se ha quedado una vez más a  la sombra de Labán, bajo nuevas condiciones de trabajo ya que ahora han pactado que una parte de la reproducción de ovejas que cuida serán suyas, como lo vimos en el capítulo anterior y es así como pospone su salida 6 años más.

Dios nuevamente a bendecidos a Jacob  grandemente, obteniendo la mayor parte de ganado, por lo que  Labán y sus hijos comienzan a ver mal Jacob reclamando al padre Labán que  Jacob se ha enriquecido despojándolos a ellos de sus bienes

Jacob ya no es bien visto en las tierras de Labán, situación  por demás incómoda, no sabemos bien a bien que lo detiene, podría ser la ambición o el miedo a represalias de su familia política,  pero ocurre algo que define firmemente la salida de Jacob: Dios le habla y le dice: «Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y Yo estaré contigo» ver. 3.

Ante esto se reúne con sus esposas y les comenta lo que  Dios le ha mandado hacer, que debe volver a su tierra; nos asombra la actitud de Jacob de obedecer a Dios ya que aparentemente al salir tenía mucho que perder pues pudo tomar la posición más cómoda que sería quedarse pues mal que bien tenía casa y sustento y sus bienes habían aumentado considerablemente y como dice un refrán popular  «Más vale malo por conocido que bueno por conocer».

Tenía un patrimonio considerable, con esposas e hijos nacidos ahí, y podía negociar su salario con el suegro aún cuando este se la cambiara una vez más, total ya lo había hecho 10 veces.

 Es decir tomar una posición cómoda y convenciera, total una vez más dejarse engañar por Labán y no entrar en controversia con su suegro  y  ahora también sus cuñados y así evitar perderlo todo.

Jacob reconoce primeramente que todo lo que ha logrado es porque Dios lo ha bendecido y es por lo que va a consultar con Raquel y Lea, les pregunta ¿Qué opinan de  la orden que recibió de Dios?

Las esposas sin titubear le respondieron «… ahora, pues, haz todo lo que Dios te ha dicho «. Ver. 16

Vemos aquí la madurez espiritual de Lea y Raquel al aconsejar a su esposo de una manera sabia en el temor de Dios, que le obedezca.

Ellas reconocen el engaño  y abusode su padre hacia  Jacob,  y de cómo ha manipulado las ganancias del trabajo de su esposo, así como la bendición del Dios de Isaac, por lo que deciden marcharse de ahí con todo lo que Dios le había dado en 20 años.

Sus esposas, sus hijos, su ganado y todo lo que había adquirido era una gran caravana que emprendió el viaje de regreso a la tierra de Canaán, dónde había dejado a su padre Isaac. Jacob estaba obedeciendo la voz del Dios de sus padres y ahora, después de ver el cuidado y protección de Dios en su vida, también es su Dios

Labán había ido a trasquilar sus ovejas, por eso no se percató de la salida de Jacob con su familia y bienes, Raquel aprovechó la ausencia de su padre para tomar, sin que nadie lo supiera, ídolos de su padre, quien pareciera ha visto actuar a Dios durante todo este tiempo en su yerno pero no lo ha reconocido como su Dios

A los tres días de la partida de Jacob y su familia le dan aviso a Labán de que se han ido, por lo que decide ir tras ellos acompañado de sus parientes, siete días le tomó alcanzar a los viajeros en el monte Galaad.

Cuando estaba a punto de darles alcance, Dios se manifestó a Labán esa noche en un sueño advirtiéndole de no exagerar ni ser irrespetuoso al hablar con su yerno, Dios está cuidando de su elegido en todo momento.

Labán le reclama a Jacob por haberse marchado sin avisar, incluso le dice que le hubiera gustado hacer una fiesta de despedida y también le advierte que él tenía poder para hacerle daño, pero que Dios mismo le ha indicado que es su protegido

También le reclama que le haya robado sus ídolos

Jacob le confiesa que tuvo miedo de su reacción, que tal vez no lo hubiera dejado ir con toda su familia, y también le dice que puede buscar sus ídolos o cualquier cosa que le pertenezca en todo el campamento, pues no sabe lo que hizo Raquel, y le dice que el culpable morirá

Labán efectivamente busca pero Raquel echa mano de una arrimamos y esconde los ídolos que busca su papá;

Cuando Jacob se da cuenta que no encontraron nada se enoja y le hace un recuento de su comportamiento durante los 20 años que estuvo con él, haciéndole notar que siempre fue honesto y respetuoso y que todo lo que tiene ha  sido por la bendición de Dios de la cual Labán también ha sido beneficiado

Labán no tiene más remedio que admitir que esto es cierto y le pide a Jacob hacer un pacto de paz

¿Jacob estará dispuesto a aceptarlo?

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