Significado y uso de la palabra berith
ברית (berith, “pacto”)
La palabra hebrea “berith” que significa «pacto» o «alianza», es uno de los términos fundamentales de la teología bíblica. Denota la idea de: convenio, acuerdo, confederación. Lo más probable es que esta palabra se derive de la raíz acádica que significa «encadenar, poner grillos»; tiene paralelos en la lengua hitita, egipcia, asiria y aramea. Se refiere generalmente al acto o rito de establecer un pacto, o contrato formal entre dos partes involucradas en un acto.
La gran mayoría de los casos, el uso de la palabra berith, tiene que ver con los pactos o alianzas de Dios con hombres, como en el caso de Gn. 6:18, son importantes los verbos que se usan: «Estableceré mi pacto contigo», literalmente, «mantendré firme» o «confirmaré» mi «alianza». «Y pondré mi pacto entre mí y ti» (Gn.17:2; «cumpliré» RVA; «confirmaré» BLA). «Mi pacto que yo les mandé» (Jos. 7:11).
«Pacto o alianza» es un término equivalente a los vocablos hebreos dabar (palabra), joq (estatuto), piqqûd (preceptos; Sal. 103:18 LBA), edah (testimonio, Sal. 78:10) y jesed (misericordia, Dt. 7:9). Estos términos enfatizan la autoridad y la gracia de Dios en establecer y cumplir con el pacto, a la vez señalan la responsabilidad humana bajo el pacto.
Gr.: διαθήκη (di·a·thé·ke, “pacto, alianza”)
El término hebreo berith se tradujo al griego con la palabra diatheke, que significa «disposición», «arreglo», y de ahí «última disposición» o «última voluntad», es decir, «testamento», esta última palabra tiene su raíz en el latín. De este modo, la versión griega de la Biblia, conocida con el nombre de Septuaginta o traducción de los Setenta (LXX), quiso poner de relieve que el pacto o alianza era un don y una gracia de Dios, y no el fruto o el resultado de una decisión humana.
La Biblia relata el propósito «testamentario» de Dios, de modo que el ser humano pueda unirse a Él en servicio amoroso y conocer la comunión eterna con Él mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Aunque la palabra griega normal para pacto es suntheke, que describe siempre un acuerdo hecho en igualdad de condiciones, que cualquiera de las dos partes puede alterar.
Las condiciones de un testamento son impuestas por una persona y aceptadas por otra, que no pueden alterarlas. No entramos en relación con Dios por derecho propio ni según nuestras estipulaciones, sino por la iniciativa y la gracia de Dios. Esta idea predominante es el núcleo central de la relación entre Dios y el hombre.
La nueva «alianza», o el pacto de la gracia
διαθήκη καινή (di·a·thé·ke kai·né, “nuevo pacto”)
Con respecto al «berith» o «alianza» en relación Dios con Israel, tomando como referencia a Deuteronomio 26:17, 18, tenemos una obligación a la que se compromete Dios (pueblo suyo, de su exclusiva posesión) y tres obligaciones a la que se compromete Israel (que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás su voz).
Vemos lo que dice el profeta Jeremías, sobre el inicio de este nuevo pacto:
Berith, diatheke, alianza, pacto…
La palabra griega di·a·thé·ke tiene el mismo significado que la palabra hebrea berith. La nueva «alianza» o «berith», estipula o garantiza todo lo que Dios se propone u obliga hacer con las personas que creen en Jesucristo.
Pablo dice que el mediador (el “[humano] que hace el pacto”) muere para que el pacto llegue a ser legal y sea forzoso cumplirlo. En el caso del pacto de la Ley, las víctimas animales tomaron el lugar de Moisés —el mediador del pacto de la Ley—, y la sangre de ellas sustituyó a la de él para legalizar y poner en vigor el pacto. De manera correspondiente, en el caso del nuevo pacto, Jesucristo —el mediador del nuevo pacto— en realidad dio su vida humana perfecta en sacrificio. Como resultado del derramamiento de su sangre, el nuevo pacto quedó validado. (Heb 9:17.)