Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios
Meditación sobre Rut 1:15-22 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
CDMX, viernes 30 de octubre de 2020
Noemí escucho que Dios estaba bendiciendo al pueblo de Israel y decidió regresar a la tierra de Judá, a su pueblo, sus nueras Orfa y Rut se prepararon para acompañarla en un viaje de más de 200 km. Tres mujeres viudas sin hijos en camino de Judá, Una anciana y dos mujeres que serán consideradas extranjeras en la tierra de Israel. serían muchos días de camino con un clima extremoso y sin muchos recursos hasta llegar a Belén de Judea. Después de un rato de andar por el camino Noemí comenzó a conversar seriamente con sus nueras. Es de llamar la atención, que existía una buena relación entre las nueras y la suegra.
Noemí solo deseaba el bienestar de sus nueras Orfa y Rut, por lo que las aconseja en dos ocasiones que se queden en su tierra, con sus familias, lo que significaría que podrían volverse a casar con alguien de su mismo pueblo.
En el versículo 14 dice:
14 Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, más Rut se quedó con ella.
Orfa y Rut, eran mujeres Moabitas criadas en hogares paganos e idolatras, que al se casase, llegaron a vivir al seno de un hogar en el que se rendía culto a Jehová. Escucharon de Dios y las maravillas que había hecho con el pueblo de Israel. Pero al final cada una de ellas toma su propia decisión de cómo será su vida. Lloraron con su suegra le demostraron su cariño. Orfa se resistía a dejar a su suegra, pero no la apreciaba tanto como para para dejar Moab y todo lo que allí había y decidió que lo mejor para ella era regresar a su casa, a su familia, a su vida antigua. Pero Rut…Rut se quedó.
En el primer versículo de nuestro pasaje dice:
15 Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.
Una vez más Noemí trata de desanimar a Rut de que regresara con ella a Israel. Sabe que una anciana viuda y una joven viuda extranjera sin hijos, no serán bien vistas en Israel. Noemí realmente apreciaba a Rut como una hija, no era que no quisiera que Rut la acompañara, pero no quería que lo hiciera por compromiso.
En los versículos 16 y 17 dice:
16 Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos. Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.
La respuesta de Rut es sin lugar a duda una demostración de que Dios ya moraba en su corazón, es por así decirlo una declaración de su fe en Dios.
Hermanos, hay siete puntos importantes que meditar en la decisión de Rut:
1 «A dondequiera que tú fueres, iré yo»
Rut estaba dispuesta a ir a cualquier lugar a donde fuera Noemí. Ella estaba demostrando su amor y confianza en las decisiones que tomara Noemí.
2 «Dondequiera que vivieres, viviré»
No le importaba en donde viviría con tal de estar al lado de su suegra, es decir no le importaba la pobreza, puesto que no contaban con mucho dinero o posesiones, está no era una decisión por conveniencia para entrar en la tierra de Judá.
3 «Tu pueblo será mi pueblo».
Rut sabía que con esta decisión estaba renunciando a su ciudadanía, se despojaba de todo lo que había vivido y había sido suyo en su pueblo en Moab. de su idolatría y antiguas creencias y se volvió para ir a la tierra de Judá, identificándose con el pueblo de Dios dijo: «Tu pueblo será mi pueblo, confiando en Dios, se arriesga a ir a Judá sabiendo que tal vez no sea aceptada o bien recibida.
4 «Y tu Dios mi Dios».
Orfa y Rut dos muchachas moabitas decidieron casarse con dos extranjeros, Esta familia de Israelitas había llegado a su pueblo en Moab. Ellas habían sido criadas en las costumbres y tradiciones de Moab, rodeadas de mucha idolatría y costumbres paganas. Conocieron a esta familia, eran diferentes, esto llamo su atención y curiosidad, oyeron contar acerca Jehová, el Dios de los Israelitas, El Dios vivo y verdadero. Y esta semilla de conocimiento de Dios entro en sus corazones y cuando los muchachos se declararon, ellas se casaron con ellos.
Pero vemos que al final cada una toma la decisión de cómo será su vida. Orfa decidió que lo mejor para ella era regresar a su casa, a su familia, a su vida antigua. Pero podemos ver que Rut, había decidido sinceramente seguir a Dios, y no faltó a su decisión.
También nos muestra el testimonio que dio Noemí. La relación que ella tenía con Dios había impactado a Rut. Esto es notable ya que Noemí no había tenido una vida fácil, había enviudado, perdido dos hijos, y pedía perdón a Dios pensando que ella era la causa de cada calamidad, por su desobediencia. Sin embargo, aún así, ella honraba y amaba a jehová.
Hermanos, las personas que nos rodean deberían poder ver nuestras vidas, como Rut vio la de Noemí, y decir, “Quiero que tu Dios sea mi Dios.” nuestra confianza en Dios y el voltear a Él en momentos de problemas, de prueba, enfermedad o de decisión será nuestro mejor testimonio de que confiamos en la gracia de Dios que es en Jesucristo.
5 «Donde tu murieres, moriré yo».
Al hacer esta afirmación, significaba que ella tenía la misma esperanza de inmortalidad que tenían Noemí y todo el pueblo de Israel. Hemos leído de esa esperanza en el libro de Génesis, cuando Jacob quiso ser sepultado en la tierra de Canaán. José quiso que sus huesos fueran llevados de la tierra de Egipto y sepultados en la tierra de Canaán. Porque creían en la promesa de una resurrección algún día en esa tierra, para vivir en el reino de los cielos, establecido aquí en esta tierra. Como dice en Hebreos 11:10, Ellos tenían la esperanza de vivir en aquella ciudad que tendría fundamentos firmes, de la cual Dios sería el arquitecto y constructor. Esa esperanza llegó a ser también la esperanza de Rut.
6 «Donde te sepulten a ti, allí seré sepultada yo»
Ella quería ser sepultada en la tierra de Canaán. La promesa de la resurrección le daba una esperanza, la misma esperanza que habían tenido los patriarcas del Antiguo Testamento.
7 "Traiga el Señor sobre mí el peor de los castigos, si no es sólo la muerte lo que hará separación entre nosotras dos". Rut tenía poco conocimiento de Dios, pero su fe y confianza en el Dios son admirables. Noemí ya conocía muy bien a Rut y sabía que se había decidido de una vez y para siempre. Por eso Noemí dejó de tratar de disuadirla.
En los versículos 19 al 22 dice:
19 Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?
20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
21 Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
22 Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.
Caminaron alrededor de 10 días agotadores, la mayor parte del camino era de subida y no era fácil, menos con los pocos recursos que contaban. Belén en aquel tiempo era una pequeña villa, así que todos los pobladores se conocían, aunque se habían ido años atrás no faltó quien reconociera a Noemí y pronto se vieron rodeadas de personas que preguntaban cómo estaba y como era que regresaban en Belén. Noemí no deseaba engañar a nadie así que les conto la verdad, por eso es que pide que le cambien el nombre de Noemí que significa “agradable, placentera”, por el nombre Mara que significa “amargura.” Con esto, Noemí les dijo a los de Belén que su tiempo lejos de Israel, su tiempo lejos del Dios de Israel, no había sido agradable sino amargo. Debemos tener el espíritu de humildad de la misma forma en que Noemí lo hizo, colocándonos en las manos de Dios para que Él nos coloque nuevamente en la senda de sus planes y propósitos que tiene para cada uno de nosotros. La extranjera que Noemí traía de la tierra de Moab, su nuera llamada Rut, no pertenecía al pueblo de Israel. La ley mosaica la excluía y ella no creía que tuviera esperanza alguna. Llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada, que era un buen momento para llegar a Belén. El hambre había pasado y había una buena siega.
En Deuteronomio 31:8 dice:
Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
Hermanos, en momentos de angustia o necesidad debemos tener confianza y seguridad de Nuestro Dios está a nuestro lado en todo momento, como Noemí y Rut tuvieron fe en Dios y confiaron en Él al regresar a Belén, nosotros sigamos su ejemplo tengamos fe y confiemos en que Dios es el mismo ayer hoy y mañana, Confiemos en que Él tiene todo en sus manos y oremos a Dios por medio de nuestro señor Jesucristo, para que nos de sabiduría e ilumine nuestros pasos.
A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.