Dios cuida de su pueblo
Meditación sobre Rut 3:1-9 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
CDMX, viernes 20 de noviembre de 2020
Noemí escuchó todo lo que le había sucedido a Rut en el campo y de cómo Booz había procurado su bienestar, Noemí le recomendó a Rut quedarse a trabajar con Booz, no solo porque era gentil y generoso, sino también porque era uno de sus parientes cercanos que podían redimirla.
Ella empieza a concebir esperanza en la fidelidad de Jehová a través de sus leyes de cuidado y protección a su pueblo.
Rut siguió debidamente las instrucciones de su suegra.
Cuando terminó la cosecha, hizo compañía a su anciana suegra en casa y no salió a otra cosa que no fuera obtener provisiones para ellas; su comportamiento, humildad, diligencia en el trabajo y contentamiento con las bendiciones recibidas de nuestro Dios, pronto se hicieron del conocimiento de los pobladores de Belén.
En el versículo 1 y la primera parte del versículo 2 de nuestro pasaje dice:
2 Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?
2A ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado?
Noemí se preocupa por el bienestar de Rut y recuerda que de acuerdo a la ley Booz es un Goel, un pariente cercano que puede redimirlas. Un goel, el pariente-redentor, era el responsable de salvaguardar a las personas, la posteridad de la familia y las tierras o propiedades.
En Levítico 25:25 dice que el Goel: es el responsable de pagar para recuperar la tierra perdida por una familia.
En Deuteronomio 25 :1.10 dice que el Goel: es el responsable de continuar el nombre de la familia casándose con la viuda sin hijos.
Estas leyes habían sido formuladas de acuerdo con la cultura, y de las costumbres de aquel entonces. Y fue en base a esta ley que Noemí le dice a Rut que Booz es su pariente cercano y que ella podía apelar a él para salvaguardar la posteridad de la familia de Elimelec, casándose con ella.
En la actualidad a nosotros nos puede parecer atrevido, pero en aquellos tiempos era considerado lo más sensato y apropiado.
Rut era una viuda sin hijos y la propiedad que había pertenecido a su marido se había perdido porque Noemí, su suegra, era muy pobre. Ella tenía derecho a reclamar ante Booz, quien era un pariente cercano.
Como Noemí ya le había indicado, Booz era su pariente redentor. Pero por decisión propia no podía tomar por esposa a Rut. Era Rut la que tenía que reclamarle a él que la redimiera y se convirtiera en su esposo. Sí había otro pariente más cercano que Booz, Rut era quien podría optar por el que ella quisiera.
Booz no sabía a quién reclamaría ella y tendría que esperar a ver qué decidía Rut. Por eso Noemí tomó la iniciativa y le dijo a Rut: tú tienes que decirle a este hombre que tú lo quieres a él como pariente redentor.
En la segunda parte del versículo 2 al versículo 5 de nuestro pasaje dice:
2B He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.
3 Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
4 Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.
5 Y ella respondió: Haré todo lo que tú me mandes.
Después de que el grano era cortado se traía a la Era. Este era el lugar donde se trillaba la cosecha en los tiempos Bíblicos.
La era estaba normalmente situada en la parte más alta de una montaña para que el viento pudiera separar mejor la paja menuda, el polvo y otros restos.
En la mañana, no había brisa. El aventamiento del grano comenzaba por la tarde, cuando el viento comenzaba a soplar y se llevaba la paja menuda, el polvo y la arena dejando el grano limpio. Después de la puesta del sol o durante la noche, el viento dejaba de soplar.
Todas las familias que trabajaban en un campo; el dueño, su familia, y sus siervos, acampaban alrededor de la era.
Al terminar el aventamiento y ya con el grano limpio celebraban una gran fiesta.
Era un tiempo de fiesta y agradecimiento a Dios por una cosecha abundante cantando salmos como alabanza a Dios por su cuidado y provisión. Al finalizar la fiesta, los hombres se recostaban para dormir alrededor del grano.
Como la Era tenía una forma circular, colocaban sus cabezas cerca del grano y sus pies sobresalían hacia fuera como los radios de una rueda de carreta.
Durmiendo de esa manera protegían el grano de merodeadores o ladrones.
Noemí, mostro un agudo conocimiento del trabajo que se realizaba en la Era y de cómo se comportaban los hombres después del arduo trabajo. Podemos notar cuatro puntos:
Primero: le pidió a Rut que se embelleciera, ella había utilizado vestidos de luto, debía cambiarlos, aparecer atractiva, se perfumara, que oliera bien y que dejara solo a Booz mientras comía, que no llamara su atención.
Segundo: Después de que se hayan retirado a dormir, era el momento adecuado, Noemí le instruye, tu irás y descubrirás sus pies, y te acostarás.
Algunos pueden pensar que esto es una provocación, pero no es así como se interpretaba esto en aquellos tiempos.
En la cultura judía de aquellos días, esto se interpretaba como un acto de total sumisión, un siervo al acostarse a los pies de su amo está listo para recibir sus órdenes.
Así que cuando Noemí dijo a Rut que se acostara e los pies de Booz, le estaba diciendo que se acercara a él de una manera totalmente respetuosa, humilde y sumisa.
Tercero: Noemí aconsejó sabiamente a Rut para que se acercara no como una víctima que demanda sus derechos, sino como una humilde sierva que confiaba en la bondad de su salvador, su Goel, su pariente-redentor.
Ella con este acto le dijo a Booz: te respeto, confío en ti y pongo mi destino en tus manos, extiende tu manto protector sobre mí, se mi Goel.
Hermanos, no perdamos de vista el panorama completo: Rut venía a reclamar un derecho.
Booz era su Goel, su pariente-redentor, y ella tenía el derecho por ley de que él se casara con ella y crear una familia para perpetuar el nombre de Elimelec y recuperar todo lo que se había perdido.
Cuarto: Él te dirá lo que hayas de hacer: Noemí y Rut habían tenido la oportunidad de conocer a Booz, su gentileza, su bondad. En todo el tiempo que trabajo en sus campos a lado de sus siervas. Se dieron cuenta de qué Booz era un hombre bueno, temeroso de Dios, un hombre en el que Rut podía confiar de que no sería lastimada.
Después de escuchar las recomendaciones de Noemí, Rut promete seguir al pie de la letra las indicaciones de su suegra, con sabiduría y humildad sin hacer observaciones y sin poner en duda la buena voluntad de Noemí.
En los versículos 8 y 9 del pasaje dice:
8 Y aconteció que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies.
9 Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.
Booz durmió en la era para cuidar su cosecha, estos eran los días de los jueces, había mucha inestabilidad en Israel. No era raro que una gavilla de ladrones viniera a tratar de robar el grano que con mucho esfuerzo los agricultores habían cosechado y limpiado.
Rut siguió las instrucciones que su suegra la había indicado, descubrió los pies de Booz y durmió ahí.
Booz ha de haber despertado sobresaltado al sentir el frio en sus pies y que alguien estaba ahí.
Cuando Booz pregunto quién era, se identificó e hizo su sencilla petición, extiende el borde de tu capa. En otras palabras, le estaba pidiendo que extendiera su protección hacía ella y la redimiera. Rut mostró gran humildad y sumisión, ya que se presentó a Booz como su sierva.
Rut bien pudo llevar a Booz ante los ancianos y exigir el derecho a que fuera su Goel, le habría puesto en aprietos públicamente y le habría obligado legalmente a hacer lo que tal vez no tenía en mente ni en su corazón para hacer. Pero vemos de esta manera, callada y discretamente le dio a Booz la oportunidad para rechazar o aceptar ser su Goel, su pariente- redentor.
Hermanos, nosotros debemos de acercarnos a nuestro Dios como Rut, con humildad al trono de su gracia y pedirle que extienda su manto protector sobre nosotros y nos rescate.
El Apóstol Pablo en Tito 2: 13 y 14 nos dice:
13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Hermanos, Dios nos llama a guardar su palabra y confiar en Él como lo hicieron Noemí y Rut. Oremos a nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo para que seamos fieles a su servicio y ejemplo de buenas obras.
A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.