¿Eres tú el Rey de los judíos? – Marcos 15:1-15

Meditación sobre Marcos 15:1-15 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles

CDMX, viernes 2 de abril de 2021

En esta semana hemos seguido de cerca a nuestro señor Jesucristo, los acontecimientos ocurridos la noche del jueves en que arrestaron al Señor y lo llevaron a casa del sumo sacerdote donde celebraron una reunión extraordinaria en la cual el sanedrín o concilio del pueblo, conformado por los principales sacerdotes y ancianos, encabezados por el sumo sacerdote, busco por todos los medios condenar a Jesús.

En los versículos 1 al 5 del pasaje dice:

1 Muy de mañana, habiendo tenido consejo los principales sacerdotes con los ancianos, con los escribas y con todo el concilio, llevaron a Jesús atado, y le entregaron a Pilato.
2 Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.
3 Y los principales sacerdotes le acusaban mucho.
4 Otra vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan.
5 Mas Jesús ni aun con eso respondió; de modo que Pilato se maravillaba.

Los judíos tenían ciertas libertades para autogobernarse, pero no tenían el derecho legal para ejecutar a un prisionero con cargo criminal. Estaban bajo la ley Romana y debían entregar al prisionero al procurador Romano para que él lo juzgue, debían estar muy de mañana porque los juicios en el foro Romano se llevaban a cabo con la salida del sol. Por eso era necesario traer a Jesús ante Pilato al amanecer.

Pilato vivía generalmente en Cesarea al lado del mar, pero durante las fiestas importantes llegaba a Jerusalén con la guardia de soldados romanos para mantener el orden, el gobierno no permitía disturbios, marchas de protesta o cualquier alteración de la paz romana.

Según los historiadores Pilato era conocido por su desprecio hacia el pueblo judío y por su trato insensible o simplemente pensaba que los judíos eran testarudos y rebeldes por lo que no le caían bien.

Los miembros del sanedrín tenían sus razones para esperar un resultado favorable cuando enviaron a Jesús ante Pilato. Si Pilato le ejecutaba, ellos podrían distanciarse de los problemas políticos.
Cuando los principales sacerdotes le trajeron a Jesús, Pilato pensó que tal vez se trataba de alguna trampa o que tramaban algo.

Sin embargo, él tenía que seguir los procedimientos ya establecidos:

  1. El demandante traía un cargo en contra del acusado.
  2. El magistrado debía examinar el cargo e interrogar al acusado.
  3. Las fuentes principales de evidencia eran las declaraciones del acusado y la evidencia traída por los testigos, ya sea a favor o en contra del acusado.
  4. Cuando toda le evidencia era recibida, el oficial declaraba que toda la acusación y la evidencia estaba completa.
  5. El magistrado era libre de consultar con sus consejeros, y después, anunciaba su veredicto.
  6. La sentencia era ejecutada inmediatamente.

En el evangelio de Sn. Marcos encontramos el registró lo que sucedió cuando los líderes judíos trajeron a Jesús ante Pilato, el cargo fue “Este hombre es culpable de traición porque Él dice ser el rey de los judíos oponiéndose a César”

Pilato era el gobernador romano en Jerusalén en aquel momento. La acusación que sus enemigos habían presentado contra Jesús en el Sanedrín, no podría mantenerse ante Pilato.

Así que se reunieron muy temprano en la mañana siguiente para formular acusaciones que resultasen válidas en un tribunal romano e hiciesen legal la acción ilegal de la noche anterior.

Los miembros del sanedrín sabían que, si venían ante Pilato y acusaban a Jesús con el cargo de que él decía ser Dios, Pilato simplemente se hubiera reído en su cara y hubiera afirmado, “Los Romanos tenemos muchos dioses. ¿No veo problema con que haya uno más?”

Pero si ellos traían a Jesús delante de Pilato como el Rey de los judíos, Pilato tendría que tomar la acusación con seriedad, como una amenaza directa a Roma, una amenaza política en potencia, porque no podía haber ningún rey, solo César, y Pilato era un representante de César.

Por eso es que Pilato interrogo al acusado: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Pilato esperaba alguna respuesta afirmativa o negativa, pero no contesto, quedó asombrado e impactado ante un prisionero que no se defendía. Imagino que otros presos argumentaban lo más posible para defenderse, pero éste era diferente.

Si Jesús contestaba un sencillo “sí” a la presunta de Pilato, Pilato hubiera inmediatamente declarado a Jesús culpable de traición en contra de Roma. Debido a que Jesús dio un “sí” calificativo, entonces merecía más examinación.

No se defendía y Pilato quiso saber los motivos. Pilato era un político. La conveniencia, antes que la justicia romana, era la fuerza motivadora de su vida. El realmente procuró poner en libertad a Jesús cuando descubrió que era inocente.

Pero, al mismo tiempo, quería agradar a los jefes religiosos. Sin embargo, como puede observarse aquí, no pudo verdaderamente obtener la cooperación de Jesús, tal como lo había esperado. Él pensó que, si Jesús colaboraba, también podría complacer a las autoridades religiosas.

En los versículos del 6 al 15 dice:

6 Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen.
7 Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta.
8 Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho.
9 Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?
10 Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.
11 Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás.
12.- Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos?
13 Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale!
14 Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun más: ¡Crucifícale!
15 Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado.

Pilato sabía que Jesús era un hombre inocente en Sn. Lucas 23:14 nos dice: “no he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis”

Pero Pilato tenía una situación difícil política explosiva que podía salirse de control. Él debía escoger entre hacer lo que era correcto, y liberar al hombre inocente, o lo que era incorrecto, pero políticamente era una salida a esta situación, ejecutar al hombre traído delante de él por los judíos debido al cargo de traición.

Pilato creyó que encontró una manera para hacer lo que era correcto, y sin pagar un precio por ello. Pilato pensó que Jesús podría escapar de la muerte si Él fuera liberado de acuerdo con la costumbre de liberar a un prisionero en cada temporada de Pascua.

La mayoría de los judíos que estaban en Jerusalén, eran peregrinos y no se quedaban o estaban en la ciudad tan temprano, tampoco les agradaba o confiaban en el gobernador Pilato.

Cuando él sugirió la liberación de Jesús, ellos inmediatamente escogieron a Barrabas, tan solo por el hecho de estar simplemente en “contra” del magistrado Romano. En cuestión del interés de la multitud, era simple. El Sanedrín decía que Jesús debía de morir, pero no decía nada en cuanto a Barrabás.

El magistrado Romano decía que Jesús debía de ser puesto en libertad y que Barrabás fuera ejecutado. Ellos siempre tomaron partido con el Sanedrín, en contra del magistrado Romano.

Y gritaban Crucifícale, Crucifícale.

El juicio no concluyo adecuadamente ni se pronunció a Jesús culpable. La oferta de Pilato para soltar a Jesús sugiere que le está tratando como si fuera culpable, pero también demuestra sus dudas de que Jesús sea una amenaza para Roma.

Pilato estaba en una posición peligrosa. La multitud casi se estaba convirtiendo en un motín. Si había una cosa que lo metería en problemas con sus superiores Romanos, era un motín.

Con ambos, el pueblo y los líderes judíos demandando la muerte de Jesús, Pilato era un político y no se arriesga, no estaba dispuesto de oponerse a ambos, en el Sn. Mateo 27:24 nos dice que se lavó las manos, sin dar un veredicto de culpabilidad y así él, al enviar a Jesús para azotarle, comenzó el proceso de ejecución de nuestro señor.

Hermanos los invito a meditar en este día en la obra redentora de nuestro señor Jesucristo. Lo que vivió y lo que sufrió por nosotros.

A.I. Nelson Daniel Miranda Giles.

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