El sermón del monte – Parte 5 – Tercera Bienaventuranza

Meditación por el A.I. Marcos Mercado Estrada
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Transcripción…

Muy buenos días, por este medio electrónico me permito enviar a ustedes un muy cordial saludo

El día de hoy vamos a meditar en la tercera bienaventuranza y antes de iniciar voy a leer Mateo 5:1-12

1 Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
2 Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
5 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.

Vayamos a la tercera bienaventuranza:

«Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad«

Esta afirmación sorprendió muchísimo los judíos del tiempo de Nuestro Señor Jesucristo porque es una forma de pensar completamente opuesta a lo que ellos esperaban, ellos tenían ciertas ideas acerca del reino y eran ideas no sólo materialistas sino militaristas ya que para ellos el mesías era alguien que los iba conducir a la victoria.

Entonces las palabras bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra por heredad sorprendieron a los judíos de su época.

¿QUÉ SIGNIFICA MANSO?

El adjetivo griego praus utilizado en el texto original en griego que se traduce como manso, también significa suave, humilde, considerado, cortés y por supuesto el ejercicio del dominio propio sin el cual estas cualidades serían imposibles.

Miren ustedes,hay una conexión lógica en las bienaventuranzas, cada una sugiere la siguiente y nos conduce a ella, porque no fueron pronunciadas al azar.

La primera bienaventuranza nos habla de la base fundamental que es ser pobres en espíritu y ese espíritu nos lleva a la segunda bienaventuranza que es la de llorar al darnos cuenta de nuestros pecados y que no tenemos méritos propios, ni recursos, ni somos dignos de acercarnos al Señor.

y esta tercera bienaventuranza nos lleva a tener un espíritu de mansedumbre.

Nadie puede ser manso si no es pobre en espíritu nadie puede ser manso si no se ve a sí mismo como vil pecador y llora, o sea que las dos primeras bienaventuranza son primero.

Ahora bien, parece que las bienaventuranzas se hacen cada vez más difíciles, es decir lo que estamos estudiando ahora es más penetrante, más difícil requiere de mayor humildad que lo que hemos estudiado hasta ahora acerca del sermón del monte.

Y es muy importante que tengamos en cuenta que por nuestras propias fuerzas no podemos hacerlo ya que sólo el Espíritu Santo nos puede dar humildad, sólo el Espíritu Santo nos pueda hacer pobres en espíritu y solo el Espíritu Santo puede hacernos llorar por nuestra condición de pecadores y solo Él puede producir en nosotros esta mansedumbre.

Ahora bien, ¿por qué digo esto? Porque los que somos cristianos hemos recibido el Espíritu Santo y uno de los frutos del Espíritu es la mansedumbre, por lo tanto no tenemos excusa si no somos mansos.

No es algo que nosotros hacemos o podemos hacer, es un don que Dios produce en nosotros por medio del Espíritu Santo es un fruto directo del Espíritu.

¿Qué es pues la mansedumbre? El Dr. Martyn Lloyd Jones lo resumió de la siguiente manera: la mansedumbre es básicamente tener una idea adecuada de uno mismo la cual se manifiesta en la actitud y conducta que tenemos respecto a los demás e incluye dos cosas:

En primer lugar la actitud para conmigo mismo y en segundo lugar la manifestación de esto en mi relación con los demás, pero además se puede pues decir que es lo que sigue forzosamente a ser pobres en espíritu y a llorar.

El manso es una persona no orgullosa de sí misma, no se gloria nunca en sí misma, sino que más bien siente que no tiene nada de qué enorgullecerse. No exige que tomen en cuenta su posición, privilegios, bienes y nivel social

El Dr. Gerald Nyenhuis escribió que la mansedumbre es la verdadera humildad; el manso es la persona que no es vengativa, ni envidiosa.  Los impíos están listos para desenvainar la espada para defender su ofendida dignidad; el manso se aguanta, «deja la ira y desecha el enojo».  

El manso no es resentido; pues ha muerto para sí y vive para Cristo.  Sabe que no tiene méritos ante Dios; y que el favor de Dios, y su gracia, son  su única esperanza, por ello confía en Dios, y espera en El.

El doctor Lloyd Jones también enfatiza que la mansedumbre denota una actitud tierna y humilde hacia otros que esta determinada por una estimación real de nosotros mismos. Señala que es comparativamente fácil ser honestos con nosotros mismos ante Dios y reconocernos como pecadores ante sus ojos.

Luego debemos acabar con el ego, el yo, el egoísmo que es la causa de todos nuestros problemas a fin de que el que nos compró con el precio de su sangre, sea no solo nuestro salvador sino también nuestro Señor.

El ejemplo supremo de mansedumbre en la Biblia lo encontramos en nuestro Señor Jesucristo que dijo en Mateo 11;28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas

Nuestro Señor Jesucristo, aunque es la segunda persona de la Trinidad se hizo hombre, se humilló voluntariamente hasta el extremo de depender por completo de lo que Dios le diera de lo que Dios le enseñara y de lo que Dios te dijera que hiciese, siempre con un espíritu dócil.

Ahora bien, ¿Qué nos ordena la Palabra de Dios sobre la mansedumbre?

Filipenses 2:5-8 dice

5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,

6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Esta mansedumbre Expresa humildad verdadera Este la cualidad que nos enseña en este pasaje.

CONCLUYO

¿CUÁL ES LA BENDICIÓN DE ESTA BIENAVENTURANZA?

Los mansos recibirán la tierra por heredad.

Alguien diría que los mansos no conseguirían ningún sitio debido a que todos los ignoran o incluso se aprovechan de ellos y los pisotean y que serían los fuertes y los dominantes los que tienen éxito en la lucha por la existencia y que a los enclenques les toca la peor parte.

El Salmo37:1 dice: No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad … 29 Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella.

34 Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás

El Dr, Nyenhuis lo explica así: “Recibirán la tierra por heredad».  Esta promesa, esta bienaventuranza, tenía un significado especial para los judíos del tiempo de Jesús porque una herencia es una posesión que se recibe por derecho, por lo que se es y no por lo que uno hace.

En la primera bienaventuranza se promete que de los pobres en espíritu es el Reino de los Cielos; ahora en esta tercera que la tierra es la posesión por derecho de los ciudadanos del Reino.  

El hecho de que los ciudadanos tendrán la tierra como una posesión es una expresión del Reino del Mesías y el lugar de la realización del Reino es la tierra y el creyente es coheredero con Cristo.

Y esto lo encontramos en Romanos 8: 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

El Dr. Nyenhuis menciona que hay un elemento escatológico en esto y que muchas veces olvidamos que el cielo no es la totalidad de la vida venidera.

Ya que La Biblia habla de la nueva tierra y los nuevos cielos y la nueva tierra será de nosotros para servir al Señor, será nuestro campo de trabajo.

CONCLUYO

2 Timoteo 2:12 Si sufrimos, también reinaremos con él. En otras palabras, no debemos preocuparnos por el sufrimiento debemos ser mansos y pacientes y reinaremos con él. Porque vamos a  heredar la tierra con él. Amén

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