Brillando por Su Palabra
Meditación sobre Filipenses 2:12-18 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros. Y asimismo gozaos y regocijaos también vosotros conmigo.
Una lumbrera da luz y alumbra alrededor de dónde se encuentra, no importa sí está o no la persona qué la haya encendido, su función es dar luz a su alrededor mientras tenga el combustible o la fuente qué la genera.
Esa luz no la produce o genera por ella misma o cuando lo desea, esa luz necesita ser encendida por alguien y generalmente es cuando se requiere.
En este pasaje se nos invita a ser lumbreras en el mundo, pero no podremos serlo sí no ha sido el Espíritu Santo quien halla puesto en nosotros esa llama y sí no la alimentamos con su santa Palabra, obedeciéndola y cumpliendo lo qué en ella dice.
Generalmente los valores qué en ella encontramos son contrarios a los del mundo qué son perversos y malignos, quizás algunos disfrazados de bondad y otros sí sean rectos ya qué Dios en su infinita misericordia los ha puesto para la supervivencia de la humanidad.
La única manera en que podremos saber sí nuestra manera de vivir honra a Dios y alumbra a los de nuestro alrededor es nutiendonos diariamente con la palabra de Dios pues en ella está la vida.
Quizá el mundo no esté muy contento sí nosotros brillamos con la luz de Dios pues sus corrupciones y maldades quedan al manifiesto y quieran hacernos caer de diferentes maneras pero al ser hijos de Dios el nos guarda y nos da el querer como el hacer su voluntad y así mismo nos conforta sabiendo qué no estamos solos sino qué Él está siempre a nuestro lado.
Debemos cuidar de no caer en hacer cosas que a la sociedad le parezcan bien pero vayan en contra de los valores del Reino de Dios, debemos conocer la palabra de tal manera que no podamos ser engañados o confundidos por las filosofías o corrientes de pensamiento de moda qué parecieran ser buenas pero qué en el fondo no lo son.
Dios nos llama a brillar con su luz a través de nuestra manera de hablar, comportarnos y aún de pensar por lo que debemos alimentar nuestra mente y corazón con las enseñanzas que nos da en la Biblia para que permanezcamos en Él y seamos sustentados por Él.
El resultado, aún en la adversidad tendremos gozo y seguridad de que somos sus hijos.