Jehová confirma el pacto con su pueblo – Éxodo 24:1-18
Meditación sobre Éxodo 24:1-18 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Iniciamos con lectura de Éxodo 24
1 Dijo Jehová a Moisés: Sube ante Jehová, tú, y Aarón, Nadab, y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y os inclinaréis desde lejos. 2 Pero Moisés solo se acercará a Jehová; y ellos no se acerquen, ni suba el pueblo con él.
3 Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho. 4 Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel. 5 Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová. 6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. 7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.
9 Y subieron Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; 10 y vieron al Dios de Israel; y había debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo cuando está sereno. 11 Mas no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel; y vieron a Dios, y comieron y bebieron.
12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles. 13 Y se levantó Moisés con Josué su servidor, y Moisés subió al monte de Dios. 14 Y dijo a los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos a vosotros; y he aquí Aarón y Hur están con vosotros; el que tuviere asuntos, acuda a ellos.
15 Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte. 16 Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube. 17 Y la apariencia de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, a los ojos de los hijos de Israel. 18 Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
Lo primero que podemos observar es que Jehová pide a Moisés que todo cuanto Él le dice se escriba, pues recordemos que tenemos un Dios que habla, y quiere que su palabra quede escrita para que no se pierda en el tiempo y mucho menos se adultere o se preste a una mala interpretación, en el v 4 se sustenta esto cuando dice: “ Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová “ el legado que Dios nos da es para todo su pueblo Israel y por tanto para todos los que hemos sido adoptados por su misericordia, y nadie puede cambiar las condiciones de su pacto, en el cual se ve su soberana voluntad, y el pueblo del pacto ratifica en el v.3 cuando le contesta a Dios:
“Haremos todas las palabras que Jehová a dicho “
Es de suponer que el pueblo de Dios no midió la magnitud de lo que el Creador pide, pues por nuestro pecado es imposible cumplir. Jehová da instrucciones de que han de subir al monte del Sinaí Moisés, Aarón, Nadab, y Abiú, más 70 ancianos, los cuales habían sido instalados para gobernar a su pueblo, teniendo como principal característica una madurez espiritual, más no necesariamente implica que sería ancianos por la edad; estos subirían al monte más guardarán una distancia, pues sólo Moisés se podrá acercar a Dios.
Estos 70 ancianos representan al pueblo de Dios con el cual va a hacer su pacto, estos ancianos forman el Consistorio de Dios, los cuales se acercan a la presencia del Señor, más solo Moisés puede estar en su presencia, como el mediador entre Dios y su Pueblo, siendo en ese momento un tipo de Cristo.
Moisés edificó un altar de 12 columnas, una por cada tribu del Pueblo de Israel, todas las tribus estaban representadas e incluidas, era necesario que el pacto tuviera un sacrificio de sangre por lo que manda a los más jóvenes a hacer holocaustos y sacrificar becerros como ofrenda a Dios para sellar el Pacto, y recordemos que la santidad de Jehová no permite que el pecado se presente delante de Él y que la paga del pecado es muerte, los sacrificios de derramamiento de sangre eran necesarios para que pudieran estar delante del Señor sin peligro de muerte, solo hasta que Jesucristo cumple cabalmente está paga es que se dejan de ofrecer sacrificios de sangre y podemos tener la libertad de estar en su presencia. Es por esto que pone la mitad de la sangre en tazones y la rocía en el altar después de leer los estatutos y la Ley de Jehová, el resto de la sangre la rocía sobre el pueblo de Israel y este declara: «Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho y obedeceremos» v.7
Dios ha expresado su voluntad, las condiciones y promesas manan de Él y solamente de Él para su pueblo, el Pueblo del Pacto.
El sacrificio de sangre, que sella el Pacto de Salvación entre Dios y su Pueblo, nos a de remontar al sacrificio de sangre de nuestro Señor Jesucristo, el verdadero intercesor entre Dios y su Pueblo, quien ha de consumar con su sacrificio, nuestra salvación.
Los ancianos son ratificados, instalados para cuidar del pueblo, esto lo sobrentendemos cuando dice la palabra que: más Dios no extendió su mano sobre los príncipes de los hijos de Israel, mientras que los ancianos comieron y bebieron con él, así como los apóstoles comieron y bebieron con nuestro Señor Jesucristo.
La ley de Dios fue dada a Moisés, grabada en piedra para que fuese dada a su pueblo, así como hoy nos es dada su Palabra en las sagradas escrituras, que es la Biblia, la historia de la promesa de Dios. De ahí la importancia de estudiar las escrituras y llevarla a nuestros corazones y en gratitud a Dios hacerlas cumplí en nuestro diario vivir, pues Él en su soberana voluntad nos ha hecho participes de su gracia: “Su gracia redentora “.