
¿Cómo pastorear el corazón de tu hijo? – Parte 10
Meditación bíblica por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Hemos estado hablando de la importancia de educar a nuestros hijos en donde los principios bíblicos sean los que nos guíen y no las modas y costumbres familiares de generaciones atrás; y teniendo muy presente el fin supremo del hombre que es “Glorificar a Dios y gozar de él para siempre”, así entonces en este sentido debemos evaluar y cambiar aquello que como padres estamos haciendo mal. Sin importar lo difícil que esto pudiera resultar, debemos hacer los cambios necesarios.
Hoy seguiremos hablando de la adoración familiar, la cual debe funcionar en el sentido más amplio y rico posible, pues la adoración familiar debe ser el medio por el cual el fin será conocer a Dios. Así el devocional no puede realizarse solo por tener un devocional.
El devocional es el medio por el cual la familia conoce y adora a Dios.
A través del devocional los niños podrán ver como la palabra de Dios se relaciona con sus vidas, así que debe ser creativo y asegurarse que el devocional sirva en su tarea de pastorear y nutrir su corazón.
Los proverbios pueden servir como un manual para su vida y confrontar al niño con una verdadera espiritualidad. También pueden actuar con sus hijos pasajes como el de David y Goliat o el de Abraham cuando Dios le pidió que dejara a su tierra y a su parentela sin saber a dónde iba, lo que sí sabía es que Dios iría con él.
Y ¿Por qué hacerlo así? Recuerde la importancia de hacer que la verdad de la biblia sea vida para sus niños pues ese es el objetivo del devocional familiar pues conocer al Dios vivo y verdadero. Si pierde este objetivo solo será un rito vacío.
Ahora hablemos de los niños de buena conducta. ¿Recuerda de lo que dijimos de criar niños solo bien educados? mencionamos que, si bien es cierto que no podíamos estar en contra de los buenos modales, el riesgo es la manipulación sutil de los pequeños, los modales deben ser una expresión de amor al prójimo como a uno mismo, es un asunto de enseñar a los niños de imitar el sacrificio personal de Cristo.
Filipenses 2: 6-8 dice “El cual, siendo en forma de Dios no estimó el ser igual a Dios como cosa a qué aferrarse, sino que se despojó así mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en condición de hombre se humilló así mismo, haciendo obediente hasta la muerte y muerte de cruz”.
La buena conducta ha de estar plantada en las cualidades que Pablo vio en Timoteo:
“Pues a ninguno tengo del mismo ánimo y que sinceramente se interese por vosotros, porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” Filipenses 2: 20 – 21.
Buena educación. ¿qué decir de las metas académicas? Como padres presionamos a los hijos para que tengan buenas calificaciones, incluso se cae en un soborno cuando se les dice “si tú me traes buenas calificaciones te daré un incentivo, es decir, regalo, dinero, etc. sí trabajas duro conseguirás un gran empleo y ganarás mucho dinero. ¿Algunas de estas cosas es un objetivo bíblico? Lo dudo.
Proverbios 22:4 dice: “No te afanes por hacerte rico”. De ninguna manera no quiero negar que aquellos que son fieles son recompensados ricamente, pero uno no puede trabajar simplemente por la recompensa de hacerse rico. Una buena nota no es lo importante, lo realmente importante es que el niño aprenda a hacer su trabajo diligentemente y para la gloria de Dios. Él ha prometido que recompensará a los que son fieles sabiendo que los dones y habilidades le han sido dados por Dios y el objetivo de su hijo es ser feliz y el de usted es que su hijo encuentre la fortaleza y el poder para trabajar para la gloria de Dios.
Colosenses 3:23 dice “Y todo lo que hagáis hacedlo de corazón como para el Señor”. Cuando usted guarda fielmente las normas de Dios y las enseña a sus hijos encontrarán esperanza, fortaleza, consolación y tranquilidad. Enseñar a sus hijos a vivir para la gloria de Dios debe de ser su objetivo primario y es el que tiene mayor valor en la vida.
Antes de terminar, aquí algunas preguntas para reflexionar: ¿la palabra de Dios lo ha cambiado en cuanto a la idea del éxito?, ¿ha empujado a sus hijos a lograr metas no bíblicas?, recuerde, usted es de gran influencia para sus hijos, en este sentido ¿qué valores se enseñan en casa?, ¿qué lo impulsa cada día?, ¿qué lo hace palpitar?, ¿qué teme?, ¿qué ama? Y ¿qué lo llena de ansiedad?, ¿cuánto afecta la cultura del mundo en la formación de sus hijos?, ¿está usted a tono con la idea de vivir para la gloria de Dios y, así mismo, enseñarlo a sus hijos?
Por ahora hasta aquí llegamos, en la próxima hablaremos de la comunicación y sus muchas facetas. Me despido, bendiciones y hasta la próxima.