Lámpara es a mis pies tu Palabra – Salmo 119:105-112

Meditación sobre Salmo 119:105-112 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Este Salmo, nos hace reflexionar acerca de la excelencia de la Palabra de Dios, está arreglado en un patrón acróstico. Hay 22 letras en el alfabeto Hebreo, y este Salmo contiene 22 unidades de 8 versículos cada uno.

El día de hoy nos corresponde la decimocuarta sección, los versículos del 105 al 112.

La letra en el hebreo bíblico que nos toca estudiar es “NUN” 

En hebreo, NUN identifica al “Reino”, y en particular el «heredero del trono», “NUN” es la letra número catorce del alef-bet, que equivale numéricamente a “David”, el progenitor del eterno Reino de Israel… En general, la letra “NUN” corresponde en la Torá a la imagen de CaersembrarSemilla, Pez, Vida, continuar, Perpetuar, Mesías, Retoño y Sabiduría.

Nuestro pasaje en el versículo 105 dice:

Lámpara es a mis pies tu palabra,
Y lumbrera a mi camino.

El salmista comienza afirmando que la Palabra de Dios es la guía que dirige nuestros pasos.  La Palabra de Dios nos ilumina, es una luz en la oscuridad que nos da sabiduría para elegir el camino del bien.

En 1ª Juan 1:7 dice:

Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

Hermanos dejemos que la luz de la Palabra de Dios nos guie en nuestra vida diaria para saber en dónde estamos, ver dónde vamos pisando, como es nuestro camino y a donde vamos.

Charles Spurgeon comenta que

“Depende de nosotros como usemos la lampara, si caminamos por calles fangosas y mal iluminadas y llevas la lampara demasiado alta, seguramente tropezarás y caerás en el fango; si la llevas demasiado bajo solo veras tus pies, pero no veras adonde te lleva el camino; si la llevas prudentemente a buena altura no tropezarás y seguirás el buen camino.”

En el evangelio de Juan 6:39, el Señor Jesús nos dice:

 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

Hermanos el Señor Jesús nos llama a tomar en serio su Palabra, estudiarla con dedicación, orden y diciplina, para que ella nos guie en todo lo que hagamos de Palabra o hecho en nuestro andar cotidiano y así evitemos todos los escollos y contratiempos en el camino de la salvación.

En el versículo 106 dice:

Juré y ratifiqué
Que guardaré tus justos juicios.

El salmista está decidido a obedecer la Palabra de Dios, por eso juro y ratifico su promesa de guardar los estatutos escritos en la Palabra de Dios. Hermanos que nuestro objetivo sea claro guardar los mandatos de Dios y ponerlos por obra, estemos resueltos a renovar nuestros votos a Dios cada día.

En Miqueas 6: 8 dice:

Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Hay que hacer caso a la Palabra de Dios para tener buen juicio y sabiduría y tener una vida de acuerdo con los preceptos que ha mandado.

En los versículos 107 y 108, de nuestro pasaje dice:

Afligido estoy en gran manera;
Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.
Te ruego, oh Jehová, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca,
Y me enseñes tus juicios.

El salmista reconoce sus carencias su aflicción de espíritu y le pide a Dios que lo reviva, lo renueve, lo llene de su Espíritu, para seguir adelante conforme a lo escrito en su Palabra, lo ayude a soportar las pruebas y las tentaciones, el cree que su fe es probada en los momentos de aflicción, por eso le pide a Dios que en su debilidad lo vivifique, le permita aprender de sus juicios, le de paciencia y fuerza en esos momentos, al presenta sus palabras como si fueran un sacrificio a Dios, al mostrar su amor confianza y devoción hacia Él.

El apóstol Pablo en 2ª Corintios 12:9-10 dice:

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Hermanos, oremos a nuestro padre Dios por medio de la gracia que es en Cristo Jesús reconociendo nuestras fallas, debilidades, nuestras aflicciones, confiando plenamente en que Dios como dice en su Palabra nos fortalecerá y vivificará.

En los versículos 109 y 110 dice:

Mi vida está de continuo en peligro,
Mas no me he olvidado de tu ley.
Me pusieron lazo los impíos,
Pero yo no me desvié de tus mandamientos.

Cada día la vida del salmista estaba en peligro de muerte, tenía que luchar para sobrevivir. Pero confiaba en la promesa escrita, que Dios estaba con él y lo cuidaba en todo momento. Los adversarios, hombres sin temor de Dios y sin ley lo cazaban, le tendían trampas y engaños, para hacerlo caer, pero él tenía en su corazón la Palabra de Dios. Sabemos que los pensamientos del hombre siempre lo llevan al mal y muchos piensan que todo es válido para lograr sus propósitos, El salmista no se apartó de la Ley de Dios y la ponía en práctica a pesar de las circunstancias que vivía.

En el libro de Santiago 1:25 dice:

Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.

Hermanos, En todo tiempo agradezcamos a Dios por todo lo que ha hecho por nosotros, la vida, la salud, la familia, todo lo que tenemos.  Confiemos en las promesas escritas en su Palabra. Y pidamos a Dios tener buen juicio y sabiduría para tener una vida de acuerdo con los preceptos que ha mandado.

En los versículos 111 y 112 dice:

Por heredad he tomado tus testimonios para siempre,
Porque son el gozo de mi corazón.
Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos
De continuo, hasta el fin.

El salmista se regocijaba en la Palabra de Dios, le daba alegría y placer leerla. El recibía las bendiciones de Dios a través de su Palabra. El estudiarla es su herencia y produce en su ser satisfacción y bendición. Todo lo que tiene lo recibe de Dios a través de cumplir sus estatutos, Valorando las decisiones de su vida a la luz de la Palabra de Dios.

En el evangelio de Sn. Mateo 5: 14 al 16 el Señor Jesús nos dice:

Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Debemos reconocer y dar gloria a Dios por la gracia de la salvación que es Cristo Jesús, por su bondad y misericordia para con nosotros, nos ha tratado mejor de lo que merecemos, todo nos lo ha dado. En su Palabra encontramos palabras de vida y consuelo, debemos de creerlas y vivir de una manera sabia, prudente, obedientes a sus mandatos.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles

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