Como piedras vivas – 1ª Pedro 2:4-10

Meditación sobre 1ª Pedro 2:4-10 por el A.I. Nelson Daniel Miranda Giles
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

CDMX, viernes 6 de mayo de 2022

A través de la historia de la humanidad el ser humano siempre ha defendido el derecho a la libertad, todo el mundo desea ser libre para vivir de acuerdo a su enfoque personal, realizar sus actividades ya sea que va a estudiar, trabajar o viajar, la libertad es una de las condiciones de vida más deseadas y valoradas.

En la biblia en el evangelio de Sn. Juan 8: 31 y 32 encontramos estas palabras:

31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

Estas palabras de nuestro señor Jesucristo nos muestran cual es la verdadera libertad, el estudiar su palabra, el conocer la verdad y hacerla realidad en nuestra forma de vivir, poniéndola en práctica día a día será transformada nuestras vidas, gracias a Dios.
En el versículo 4 de nuestro pasaje en 1ª Pedro 2 leemos:

4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa,

El Apóstol Pedro nos invita a acercarnos a Jesús, a seguir sus enseñanzas, nos explica que para aquellos que están inmersos en el mundo con sus deseos carnales y materialistas, no pueden reconocer a Cristo como el salvador, pues lo que es y lo que representa es contrario a su forma de ser y de ver la vida.

En el versículo 5 del pasaje en 1ª Pedro 2 leemos:

5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.

Al aceptar a Cristo como nuestro señor y salvador, venimos a ser parte del pueblo de Dios, llegamos a ser verdaderamente libres de todo aquel pecado que nos agobiaba y no nos permitía vivir en paz, esto es solo por medio de la sangre preciosa de Cristo es que llegamos a ser hijos de Dios con todos sus privilegios y obligaciones, somos piedras vivas que forman parte del edificio espiritual de la iglesia de Cristo.

Hermanos, tengamos presente que como cristianos todas nuestras acciones en la vida son para la gloria de nuestro Dios, son ofrendas de olor fragante que presentamos ante nuestro Dios por medio de nuestro señor Jesucristo.

En los versículos del 6 al 8 de nuestro pasaje leemos:

6 Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
8 y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.

El Apóstol Pedro nos recuerda en estos versículos las palabras del profeta Isaías 8 y 28 donde nos habla que Cristo es una piedra preciosa, escogida por Dios para nuestra salvación y por ello es para nosotros de un valor invaluable, el que crea en él no será conmovido, pues es la piedra principal del ángulo de nuestra vida, Cristo es la piedra sobre la que descansa el edificio espiritual de su Iglesia.

En el evangelio de Sn. Mateo 7: 24 y 25 leemos:

24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Estas palabras son de nuestro señor Jesucristo, en las que nos pide que seamos prudentes y que construyamos nuestra casa sobre una base firme, que nuestra vida este arraigada en la roca de salvación que es nuestro señor Jesucristo, para que podamos soportar todos los embates que nos traiga la vida.

En los versículos 9 y 10 del pasaje en 1ª Pedro 2 leemos:

9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.

El Apóstol Pedro nos recuerda que nuestro Dios es el señor y creador de todo lo que existe y por su gracia nos rescató y nos llamó para ser santos, apartados para él, con el propósito de anunciar las buenas nuevas a todo el mundo.

Hermanos, damos gracias a Dios porque en su gran misericordia nos libró de la esclavitud del pecado, de una muerte segura y nos trajo la libertad, a tener la paz de Dios, a formar parte del pueblo de Dios y esto es solo por medio de la sangre preciosa de Cristo, que llegamos a ser hijos de Dios con todas sus privilegios y obligaciones, para ser piedras vivas que forman parte del edificio espiritual de la iglesia de Cristo.

A. I. Nelson Daniel Miranda Giles.

Comparte con tus amigos