LA GRAN COMISIÓN Y EL GRAN MANDAMIENTO

Dos de las guías principales para la iglesia y para cada cristiano, son las dos cosas grandes mencionadas en el título del editorial de hoy: son (1) el GRAN mandamiento (2) la GRAN comisión. Los dos son conceptos grandes e importantes y juntos deben formar nuestras actitudes e intenciones ya que los dos dan propósitos y dirección a nuestra vida. Y, no solamente en un sentido personal y particular (esto lo hacen sin duda) sino también a todos nosotros juntos, como la congregación de los llamados, ya que este es el sentido de la iglesia. Estas dos grandes guías son los ejes de nuestro pensamiento, consciencia y orientación como iglesia, el pueblo de Dios es llamado a vivir, trabajar y servir en el mundo actual, donde estamos.

El gran mandamiento, así llamado por Jesús mismo, es: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y toda tu mente, ÉSE ES EL PRIMER Y EL GRANDE MANDAMIENTO” (MAT. 22:37-38, cf. Marcos 12:30). Este es el principio básico. Aquí tenemos que empezar, es el punto de arranque. Ha de dirigir, orientar guiar y encausar toda actividad, pensamiento y sentimiento, o sea, cada aspecto de la vida humana.
La gran comisión, una responsabilidad encargada, un carga conferida y un deber impuesto, también está comunicada a la iglesia, al conjunto de los redimidos, creyentes todos en su redención por la gracia de Dios, es: “Yendo por el mundo, hagan discípulos a todas las naciones… Enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado” (Mat. 28:19-20; cf Mr. 16:15, Luc 24:47-49; 15-19).
Estamos acostumbrados a decir “id”, en igual de “yendo” al repetir esta comisión, que no está mal, pero la idea no es tanto que salgamos, sino, según la gramática del original, es «mientras que vayamos».

Esto da el énfasis, igual que en el mandamiento grande, de que la comisión tiene que ver con todo lo que hacemos, pensamos y sentimos. La gran comisión, a igual con el gran mandamiento, tiene que ver con toda nuestra vida, con todos los aspectos de la vida.
Juntos, tanto la gran comisión como con el gran mandamiento, tenemos una guía clara y precisa para la vida de la iglesia. En esos dos principios enconamos su propósito, su razón de ser.
La iglesia, como Pueblo de Dios y llamada a serlo, ha de serlo consciente o mejor dicho, auto-conscientemente. Siendo consciente de su esencia y su propósito ha de tomar la responsabilidad de regir sus actitudes y actividades. La iglesia ha de saber quién es y por qué está. La iglesia, ha de regirse por la voluntad de Dios, su Salvador. Por eso, siempre en su consciencia y en toda su actividad están estas dos “grandes guías”: LA GRAN COMISIÓN Y EL GRAN MANDAMIENTO.

Iglesia Nacional Presbiteriana Berith, boletín Buen Óleo, domingo 28 de enero 2024

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