Unidad en el cuerpo de Cristo (Parte 2) – Efesios 4:1-16
Unidad en el cuerpo de Cristo (Parte 2) – Efesios 4:1-16
Características de un andar digno
Meditación bíblica sobre Efesios 4:1-16 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
Transcripción…
Hoy continuamos con la parte 2 de la serie de meditaciones sobre Efesios 4:1-16 que hemos titulado
“Unidad en el Cuerpo de Cristo”.
Características de un andar digno
La vez pasada vimos que Pablo insta a los creyentes a andar “como es digno de la vocación con que fuisteis llamados”.
Y dijimos que la palabra “andar” tiene que ver con el comportamiento.
Esta palabra se usa frecuentemente en el Nuevo Testamento para referirse a la conducta diaria, a cómo los cristianos viven el día a día.
Hoy, vamos a ver las características del andar digno, dentro de los que nos dice en los versículos 2 y 3
Dijo que los cristianos deben caminar “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz”.
Es importante entender que cada una de estas características las tiene todo cristiano nacido de nuevo, aunque no se tengan plenamente o al 100%, el cristiano tiene esas cosas.
Demos un vistazo cada una de estas características.
- Humildad
La primera característica del andar digno es la humildad.
Pablo dijo en el versículo 2 que los cristianos deben andar “con toda humildad…”.
La palabra que Pablo usa aquí es ταπεινοφροσύνης (tapeinofrosúne), que significa ‘humildad mental’ o ‘modestia’, el reconocimiento humilde de la valía (capacidad, competencia, mérito, inteligencia, talento, aptitud) de otras personas, la mente humilde que estaba en Cristo y lo llevó a convertirse en un siervo.
Los griegos no apreciaban la humildad en absoluto. En lugar de la humildad, los griegos apreciaban el orgullo y los cristianos del primer siglo fueron ridiculizados por su humildad bíblica.
Nuestra cultura actual ridiculiza la humildad y promueve el orgullo y la exaltación propia. Nuestra cultura dice: «ámate a ti mismo», «Mímate», «Te lo mereces» y «Piensa en ti primero».
La humildad bíblica, sin embargo, es estar lleno de Dios. Pablo describió la humildad bíblica en Filipenses 2:3: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”.
- Mansedumbre
La segunda característica del andar digno es la mansedumbre.
Pablo dijo en el versículo que los cristianos deben andar “con toda… mansedumbre…”.
Esta característica a menudo se malinterpreta. La mansedumbre bíblica no significa timidez. Es bondad de actitud y comportamiento, en contraste con la dureza en el trato de uno con los demás.
La palabra bíblica para «amabilidad» a veces se traduce como «mansedumbre».
Mansedumbre no es sinónimo de debilidad. Por el contrario, es la amabilidad del fuerte, cuya fuerza está bajo control.
Números 12:3 dice: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”. Sin embargo, Moisés era cualquier cosa menos débil o tímido. No, él era el líder que Dios desafió para enfrentar el poder del faraón egipcio. Su fuerza estaba bajo el control de Dios, aunque era un hombre imperfecto.
Además, la mansedumbre es un aspecto del fruto del Espíritu. Pablo escribió en Gálatas 5:22–23: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.»
Todo cristiano tiene el fruto del Espíritu en su nueva naturaleza.
- Paciencia
La tercera característica del andar digno es la paciencia.
La paciencia en griego μακροθυμία (makrodsumía) a veces se traduce como longanimidad (grandeza de espíritu). La persona paciente soporta las circunstancias negativas y nunca se rinde ante ellas.
James Montgomery Boice (teólogo reformado) contaba la historia de un individuo bastante piadoso que una vez se acercó a un predicador y le pidió que orara por él para que pudiera tener paciencia. “Me falta tanta paciencia”, dijo, tratando de ser humilde mientras lo decía. “Me gustaría que oraras por mí”.
“Oraré por ti ahora mismo”, respondió el predicador. Así que comenzó a orar: “Señor, envía una gran tribulación a la vida de este hermano”.
El hombre que había pedido oración extendió una mano y tocó al predicador en el brazo, tratando de detener su oración. «No debes haberme oído bien», dijo. “No te pedí que oraras por la tribulación. Te pedí que oraras para que pudiera tener paciencia”.
“Si, escuché lo que dijiste”, respondió el predicador. “¿Pero no has leído Romanos 5:3, ‘Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia’?
Significa que adquirimos paciencia a través de las cosas que sufrimos. Oré para que Dios enviara tribulaciones para que tuvieras paciencia”.
- Soportar
A la cuarta característica del andar digno le podríamos llamar tolerancia.
Pero no es el concepto de tolerancia que se usa comunmente. En griego dice ἀνέχομαι (anéjomai) que se define como sostenerse uno mismo en contra de, es decir (figuradamente) soportar, aguantar. Y se traduce comunmente como padecer, soportar, sufrir, tolerar.
El apóstol Pedro exhortó a los cristianos en 1 Pedro 4:8: “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.”.
- Unidad
Y la quinta característica del andar digno es la unidad.
Pablo dijo en el versículo 3 que los cristianos deben estar “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;”.
El lenguaje de Pablo es muy cuidadoso.
Nosotros no creamos unidad. Es dada a cada cristiano por el Espíritu Santo.
Nuestra tarea, con la ayuda del Espíritu Santo, es mantener la unidad del Espíritu.
No trabajamos para crear unidad sino para mantener la unidad. Dios nos une, y debemos tratar de mantener la unidad con la ayuda del Espíritu.
Estoy seguro que tu como creyente tienes estas características, pero muchas veces te das cuenta que muchas veces fallas. Es necesario cultivar estas cualidades.
Para ello, tenemos que estar dispuestos a renunciar a lo opuesto de cada una.
Renunciar al egocentrismo para andar en humildad.
Renunciar a la aspereza para andar con mansedumbre.
Renunciar a nuestras propias agendas para andar con paciencia.
Renunciar a las expectativas idealistas acerca de los demás para andar en el amor tolerante.
Renunciar a la indiferencia ya la pasividad para estar deseosos de mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
La iglesia se unifica y Dios se glorifica cuando vivimos con una conducta semejante a la de Cristo.
Otras partes de la serie UNIDAD EN EL CUERPO DE CRISTO:
Gracias a Dios sigue llegando el mensaje de la palabra de Dios me encanta a escuchar y leer amén pido oración pastor,
Oramos por Ud.
Esta bonito gracias a Dios 9ó 6
Gracias hermano por su comentario. Le animamos a compartir estas meditaciones para que sean útiles a otros.