Buenas noticias para la gloria de Dios – Romanos 1:1-6

Serie: EPÍSTOLA A LOS ROMANOS
Parte 1: Buenas noticias para la gloria de Dios – Romanos 1:1-6
Meditación bíblica sobre Romanos 1:1-6 por el A.I. Saulo Murguía A.
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Introducción

El apóstol Pablo escribió esta carta a los cristianos romanos mientras pasaba el invierno en la casa de Gayo en Corinto, en la primavera del año 57 d. C. Pablo planeaba ir a España pasando por Roma. Pablo escribió a los cristianos de Roma para avisarles que pensaba visitarlos y también para animarlos.

Al apóstol le preocupaba que los cristianos romanos no estuvieran entendiendo correctamente el evangelio. Al parecer, estaban empezando a introducirse algunas falsas enseñanzas en las iglesias romanas.

Por eso, toda la carta a los romanos se refiere al evangelio, las buenas noticias de Dios y expone con la mayor claridad posible el contenido del evangelio.

Todo el contenido de los dieciséis capítulos de la carta de Pablo se resume en los primeros seis versículos, que veremos hoy.

Pablo dice en el versículo 1

“Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,”.

Se llama a sí mismo SIERVO – aunque usa la palabra griega δοῦλος (doúlos = esclavo).

Y al mencionar “el evangelio de Dios” inmediatamente nos da un resumen del evangelio. Hoy hablaremos de los puntos en los cuales Pablo resume las buenas nuevas.

1.    El origen del evangelio es Dios

El evangelio se origina con Dios. Vemos esto al final del versículo 1, donde Pablo dice, “el evangelio de Dios”.

El evangelio no se originó con Pablo. No se originó con los apóstoles. No se originó con el hombre. Es el evangelio de Dios.

Ésa es la buena noticia. Pablo y los demás apóstoles no lo inventaron. Fue revelado y confiado a ellos por Dios. Es algo que Dios anunció y llevó a cabo, y lo que envió a sus apóstoles a proclamar. Es algo que Dios bendice y por medio de lo cual salva a hombres.

2.    El testimonio del evangelio es la Escritura

El evangelio está prometido en las Escrituras del Antiguo Testamento. Pablo dice en el versículo 2:

“que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras”

Es decir, el anuncio, la afirmación, la confirmación del evangelio es la Escritura misma.

Aunque Dios reveló el evangelio a los apóstoles, no les llegó como algo nuevo, porque Dios ya lo había prometido mucho antes por medio de sus profetas en las Sagradas Escrituras.

Este es importante porque, por nuevo que pareciera el evangelio cuando fue dado a conocer por primera vez en nuestro mundo oscurecido por el pecado, la buena noticia de la salvación de los pecadores por Dios mediante la obra de Jesucristo no era, sin embargo, una novedad.

Por el contrario, toda revelación previa de Dios durante el período del Antiguo Testamento conducía hacia esa buena noticia: la salvación de los pecadores por medio de Cristo Jesús.

3.    La sustancia del evangelio es Jesucristo

El evangelio se refiere a Jesucristo. Pablo dice en los versículos 3-4:

“acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”

El evangelio de Dios es la buena noticia acerca de su Hijo. Pablo dijo en el versículo 9 que la esencia de su predicación se refería a Jesucristo. Dijo:

Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones”

El cristianismo es Jesucristo.

Obviamente, esto nos lleva a preguntarnos quién es Jesucristo.

Pablo describe a Jesucristo con dos cláusulas contrastantes en los versículos 3 y 4. La primera cláusula está en la segunda parte del versículo 3:

“acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne,”

Era descendiente de David.

Y en la segunda cláusula que está en el versículo 4:

“que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos,”.

Cada palabra que usa Pablo en estos dos versículos está elegida cuidadosamente.

Aquí hay referencias, directas o indirectas, al nacimiento, muerte, resurrección y reinado de Jesucristo.

Estas dos cláusulas contrastantes (en los versículos 3 y 4) expresan un paralelismo entre dos títulos (descendiente de David e Hijo de Dios), así como el contraste entre los dos verbos (él era del linaje (descendiente) de David y fue declarado Hijo de Dios.

Tenemos en estos dos versículos uno de los resúmenes más articulados de las dos naturalezas de Jesucristo: su naturaleza humana y su naturaleza divina.

La sustancia del evangelio, entonces, es Jesucristo.

4.    El alcance del evangelio son todas las naciones

El evangelio es para todas las naciones. Pablo dice en el versículo 5,

“y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;”

Él define el alcance del evangelio como “todas las naciones” (v. 5).

Esto parece implicar que los cristianos en Roma eran predominantemente gentiles (no judíos), ya que los menciona específicamente en el versículo 6:

“entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo”

Sin embargo, Pablo, unos versículos más adelante, en el verso 16, describe el evangelio como “poder de Dios”, dice:

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”

Aquí cuando Pablo dice “también al griego” está afirmando es que el evangelio es para todos; su alcance es universal.

Pero ¿de dónde sacó Pablo la idea de que el evangelio es para todas las naciones? Sin duda, conocía lo que Jesús dijo y podemos ver en los evangelios,

“id y haced discípulos a todas las naciones” (Mateo 28:19)

 “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15)

“y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.” (Lucas 24:47)

Pablo comprendió que el evangelio es para todas las naciones.

5.    El evangelio produce la obediencia que proviene de la fe

El versículo 5 dice: “y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;”

Algunas personas dicen que el evangelio no necesariamente incluye la obediencia. “El evangelio es todo gracia”, dicen. Pero están equivocados.

El evangelio no es una invitación a la falta de obediencia. No. El evangelio produce la obediencia que proviene de la fe. La obediencia está en el corazón mismo del evangelio. Está inseparablemente ligada a la fe.

6.    El propósito del evangelio es la gloria de Dios

El evangelio es para la gloria del nombre de Jesucristo, que es la gloria de Dios. Esto es lo que Pablo quiere decir cuando dice en el versículo 5, hablando de Cristo: “por amor de su nombre”.

La primera pregunta del Catecismo Menor de Westminster es: “¿Cuál es el fin principal del hombre?” La respuesta es: “El fin principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutar de él para siempre”.

Nuestro propósito es glorificar a Dios.

Cuando la Escritura habla de hacer algo “por amor de su nombre”, significa prácticamente lo mismo que hacerlo “por la gloria de Dios”.

¿Por qué deseaba Pablo llevar a las naciones a la obediencia que proviene de la fe? Fue por amor de la gloria y el honor del nombre de Dios.

El propósito último de Dios en todo lo que hace es mostrar su gloria.

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