El quinto mandamiento – Éxodo 20:12

Meditación sobre Éxodo 20:12 por el A.I. José Antonio Velázquez
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

Hasta ahora hemos visto los mandamientos que regulan nuestra relación con Dios, que espera de nosotros, cómo quiere que le adoremos y como nos cuida.

A partir delquinto mandamiento veremos la relación con nuestros prójimos y en primer lugar habla sobre nuestros padres, algunos también consideran que se refiere a todas las personas que de alguna manera tienen autoridad sobre nosotros.

Nuestros padres están puestos por Dios con diferentes funciones, el Señor ha imputado autoridad a ellos sobre nosotros como sus representantes, quienes tienen que educarnos, enseñarnos, guiarnos y cuidarnos. En un sentido todos los padres debieran enseñar y educar a sus hijos a amar y a obedecer a Dios y cuando los hijos actuan de esa manera los honran, no solo a los padres sino también a Dios quien les imputó esa autoridad, de ahí la importancia de cumplir con este mandamiento y que sea el único que tiene una promesa al cumplirla.

Ser obedientes, respetuosos, agradecidos y amorosos con los padres son las maneras como podemos honrarlos, nuestros dichos y hechos hablan bien o mal de nuestros padres pues reflejamos en ello las enseñanzas y educación que hemos recibido.

Así en la escuela, por ejemplo, los maestros pueden decir «que bien educado y atendido está este niño por sus padres» o lo opuesto. Pero esto no solo sucede en la niñez sino en toda nuestra vida, honrar a nuestros padres va más allá de ser cariñosos y atentos con ellos, tiene que ver con todos los aspectos de nuestra vida.

Igualmente debemos mostrar respeto por los líderes o personas que tienen alguna autoridad sobre nosotros pues también tienen una responsabilidad de enseñanza, cuidado y atención que deben cumplir de manera eficaz, ser agradecidos y reconocer su trabajo y las enseñanzas que nos dan.

Por otro lado, este mandamiento no está condicionado a que sean buenos padres (o autoridades) nuestro deber es honrarlos pues entendemos que Dios los ha puesto sobre nosotros y que finalmente es a Él a quien honramos, por eso nuestro cumplimiento debe ser cabal y reconociendo en primer lugar las enseñanzas de Dios expuestas en su palabra, por eso nada nos puede excusar de no cumplirlo pues al estudiar la Biblia sabemos cómo conducirnos, y de ser necesario, ser ejemplo también para ellos.

La promesa es que tendremos una larga vida en esta Tierra y vemos también que es una consecuencia lógica pues al seguir los mandamientos estamos en menos riesgos y peligros.

Dios nunca se equivoca y nos da lo mejor para nosotros, honremoslo

obedeciendo y agradeciendo

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