La gracia de Dios y la esperanza viva (4) – 1 Pedro 2:11-25

Serie: Primera Epístola de Pedro
Meditación bíblica sobre 1 Pedro 2:11-25 por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México

Hablamos de la palabra viva y que da vida al creyente y en la medida que nos alimentamos de la palabra de Dios, crecemos de forma espiritual, lo cual nos irá transformando, además nos lleva a ser parte del templo de Dios (su iglesia), ahora somos como piedras vivas, donde la principal piedra angular es Cristo, y somos pueblo adquirido por Dios, nación santa, con un propósito: Dar a conocer las virtudes de nuestro señor Jesucristo. “La luz del mundo, la luz de la vida”.

Ahora daremos lectura a 1 Pedro 2:11-25:

11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, 12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.

13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, 14 ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. 15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; 16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. 17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.

18 Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. 19 Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. 20 Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. 21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; 23 quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; 24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. 25 Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas.

El apóstol Pedro nuevamente llama nuestra atención para decirnos que en este mundo somos peregrinos y extranjeros, es decir, nuestra ciudadanía no está en este mundo, nuestra verdadera ciudadanía está en los cielos, y que en este sentido, solo estamos de paso, como peregrinos. Por tanto; como ciudadanos del reino representamos al señor Jesus en este mundo.

Pedro nos llama a respetar toda institución de gobierno o autoridad humana, es importante respetar el cargo, aunque a veces resulte muy difícil respetar a quien lo ocupa, así entonces como peregrinos en este mundo, el apóstol Pedro nos recuerda que debemos ser un fiel reflejo del señor Jesucristo, dando ejemplo de obediencia a las leyes, claro, esto será siempre y cuando estas leyes no vayan en contra de la ley y la voluntad de Dios.

Nuestro señor Jesucristo siempre será nuestro modelo a seguir, y en cuanto a sufrimiento se refiere, Él es el ejemplo perfecto. En los cuatro evangelios podemos ver como Jesus responde al sufrimiento, a pesar de que Él no pecó de obra, ni de palabra, Él sufrió y padeció a manos de las autoridades, Jesús nos demostró que se puede vivir en la voluntad de Dios, incluso ser amado por Dios y sin embargo sufrir injustamente.

Más adelante, a partir del verso 18, el apóstol Pedro nos habla acerca del someternos en obediencia, y esto no sólo por causa del señor o nosotros mismos, también es para crecer espiritualmente, por esto dice (v20) que si pecando eres abofeteado y lo soportas, en lo cual no hay gloria alguna, más haciendo lo bueno sufres y lo soportas; esto es agradable a Dios, llegando a ser semejante a Cristo. Le maldecían y no respondió con maldición. Lucas 23:34: Jesús dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Cuando devolvemos, bien por mal esto es de Dios, cuando devolvemos bien por bien, esto es del hombre, y cuando devolvemos mal por bien, esto es de Satanás.

El señor Jesús estuvo dispuesto a morir clavado en una cruz por todos nuestros pecados, y nos dio su justicia; Jesús, como nuestro pastor, sus ojos están sobre nosotros, nos da de su espíritu, nos alimenta, y nos guía por su palabra.

Jesús es El Buen Pastor.

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