La gracia de Dios y la esperanza viva (3) – 1 Pedro 2:1-10
Serie: Primera Epístola de Pedro (Parte 3)
Meditación bíblica sobre 1 Pedro 2:1-10 por el Hno. Alfonso Abascal
Iglesia Nacional Presbiteriana Berith
Cd. de México
La semana pasada hablamos de la esperanza viva la cual está en Jesus, porque Él resucito de entre los muertos, y por esta resurrección la esperanza de gozar de una herencia reservada en los cielos, por la fe en Jesús.
Una herencia que tiene tres características o cualidades:
- Incorruptible: No se puede arruinar o corromper.
- Incontaminada: No se puede manchar o restarle valor alguno.
- Inmarcesible: No se marchita o envejece ya que es eterna.
Ahora bien, tal herencia, sin duda, es motivo de alegría y gratitud, sin embargo, no solo es recibirla lo trascendente de esto, es como Dios obrara con pruebas y/o sufrimientos para transformarnos llevándonos en obediencia a vivir una vida Santa y, en alabanza, gloria y fe. Y que renovando nuestro entendimiento, por la palabra, renacer de nuevo de una simiente incorruptible.
Así que hoy hablaremos de esta palabra, palabra de vida. Daremos lectura a 1 Pedro 2:1-10
1Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
4Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 6Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
7Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
8y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
9Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
(v1) La palabra de Dios tiene vida, y da vida, es la leche espiritual del creyente y esto es lo único que nos puede dar crecimiento espiritual, (v4,5) ahora el creyente es parte del edificio espiritismo de Dios, y Cristo es la “piedra escogida y preciosa, la piedra angular”.
Efesios 2:20 dice
Edificaos sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo.
(v7) Cada creyente es una piedra viva, que va edificando el edificio espiritual de Dios, es decir: su iglesia; esto no quiere decir que su iglesia sea como un montón de piedras, de ningún modo, Dios ve la estructura total y unificada en el espíritu, siendo Cristo la cabeza angular.
Es importante mencionar que en esta unidad el pueblo de Dios trasciende sin afectar la individualidad de cada creyente, sin embargo unos a otros se pertenecen y son uno en Cristo, y aunque ciertamente puede haber diferencias doctrinales o de denominación, lo importante es y será siempre la unidad en Cristo.
(v9,10) Así entonces, como linaje escogido, formamos parte de la familia de Dios, en este sentido, participamos de la misma naturaleza divina de Dios, somos piedras vivas de un solo edificio.
Efesios 2:22 dice
En quien vosotros también sois juntamente edificados, para morada de Dios en el espíritu
y asimismo sacerdotes sirviendo en un solo y mismo templo.
Como pueblo de Dios hemos alcanzado misericordia, rociados con la sangre preciosa de Jesucristo, somos ciudadanos del reino, que teniendo nuestra mente y corazón centrados en Jesús, dar a conocer las buenas nuevas del reino, y ser luz en este mundo caído.